01 | porque tu espíritu incorruptible está en todas las cosas. |
02 | Por eso reprendes poco a poco a los que caen, y los amonestas recordándoles sus pecados, para que se aparten del mal y crean en ti, Señor. |
03 | A los antiguos habitantes de tu Tierra santa |
04 | los aborreciste por sus prácticas detestables, actos de hechicería y ritos impíos. |
05 | A esos crueles asesinos de niños, a esos devoradores de entrañas en banquetes de carne humana y de sangre, a esos iniciados en ritos sangrientos, |
06 | a esos padres asesinos de seres indefensos, decidiste hacerlos perecer por las manos de nuestros padres, |
07 | para que esta tierra, la más querida por ti entre todas, recibiera una digna colonia de hijos de Dios. |
08 | Pero aun a ellos, por ser hombres, los trataste con indulgencia, y enviaste avispas como precursores de tu ejército, para que los exterminaran gradualmente. |
09 | Ciertamente, tú hubieras podido, en una batalla campal, entregar a los impíos en manos de los justos, o bien aniquilarlos de un solo golpe por medio de animales feroces o por una sentencia inexorable. |
10 | En cambio, ejecutando poco a poco tu sentencia, les dabas oportunidad de arrepentirse, aunque no ignorabas que su origen era perverso y su malicia innata y que jamás cambiarían su manera de pensar, |
11 | porque una maldición pesaba sobre esa raza desde el principio. Y no fue por temor de nadie que les ofrecías dejar impunes sus pecados. |
12 | ¿Quién podrá decirte: «¿Qué has hecho?». ¿Quién se opondrá a tu sentencia? ¿Quién te hará algún cargo por destruir a las naciones que tú creaste? ¿Quién se levantará contra ti como vengador de los injustos? |
13 | Porque, fuera de ti, no hay otro Dios que cuide de todos, a quien tengas que probar que tus juicios no son injustos; |
14 | ni tampoco hay rey ni soberano que pueda enfrentarse contigo para defender a los que tú has castigado. |
15 | Como eres justo, riges el universo con justicia, y consideras incompatible con tu poder condenar a quien no merece ser castigado. |
16 | Porque tu fuerza es el principio de tu justicia, y tu dominio sobre todas las cosas te hace indulgente con todos. |
17 | Tú muestras tu fuerza cuando alguien no cree en la plenitud de tu poder, y confundes la temeridad de aquellos que la conocen. |
18 | Pero, como eres dueño absoluto de tu fuerza, juzgas con serenidad y nos gobiernas con gran indulgencia, porque con sólo quererlo puedes ejercer tu poder. |
19 | Al obrar así, tú enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser amigo de los hombres y colmaste a tus hijos de una feliz esperanza, porque, después del pecado, das lugar al arrepentimiento. |
20 | Si a los enemigos de tus hijos, que eran reos de muerte, los castigaste con tanta consideración y miramiento, dándoles el tiempo y el lugar para apartarse de su maldad, |
21 | ¡con cuántas más precauciones habrás juzgado a tus hijos, tú que con juramentos y alianzas, hiciste a sus padres tan magníficas promesas! |
22 | Así, cuando castigas a nuestros enemigos con moderación, nos instruyes a fin de que, al juzgar a los otros, recordemos tu bondad y, al ser juzgados, contemos con tu misericordia; |
23 | Por eso, a los que en su locura habían llevado una vida injusta, los atormentaste con sus propias abominaciones, |
24 | porque se habían extraviado demasiado lejos, por los caminos del error, tomando por dioses a los animales más viles y despreciables y dejándose engañar como niños sin juicio. |
25 | Entonces, como a niños que no razonan, les enviaste un castigo irrisorio. |
26 | Pero aquellos que no se enmendaron con esa corrección irrisoria soportarán un juicio digno de Dios. |
27 | Exasperados por los animales que los hacían sufrir y viéndose castigados por aquellos a quienes tenían por dioses, reconocieron como Dios verdadero al que antes se negaban a conocer. Por eso se abatió sobre ellos todo el rigor de la condena. Es así, que cayó sobre ellos el peor de los castigos. |