01 | ¡Escuchen, reyes, y comprendan! ¡Aprendan, jueces de los confines de la tierra! |
02 | ¡Presten atención, los que dominan multitudes y están orgullosos de esa muchedumbre de naciones! |
03 | Porque el Señor les ha dado el dominio, y el poder lo han recibo del Altísimo: él examinará las obras de ustedes y juzgará sus designios, |
04 | Ya que ustedes, siendo ministros de su reino, no han gobernado con rectitud ni han respetado la Ley ni han obrado según la voluntad de Dios |
05 | él caerá sobre ustedes en forma terrible y repentina, ya que un juicio inexorable espera a los que están arriba. |
06 | Al pequeño, por piedad, se le perdona, pero los poderosos serán examinados con rigor. |
07 | Porque el Señor de todos no retrocede ante nadie, ni lo intimida la grandeza: él hizo al pequeño y al grande, y cuida de todos por igual, |
08 | Pero los poderosos serán severamente examinados. |
09 | A ustedes, soberanos, se dirigen mis palabras, para que aprendan la Sabiduría y no incurran en falta; |
10 | porque los que observen santamente las leyes santas serán reconocidos como santos, y los que se dejen instruir por ellas, también en ellas encontrarán su defensa. |
11 | Deseen, entonces, mis palabras; búsquenlas ardientemente, y serán instruidos. |
12 | La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. |
13 | Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. |
14 | El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. |
15 | Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. |
16 | La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y les sale al encuentro en todos sus pensamientos. |
17 | El comienzo de la Sabiduría es el verdadero deseo de instruirse, querer instruirse, es amarla; |
18 | amarla, es cumplir sus leyes, observar sus leyes, es garantía de incorruptibilidad, |
19 | y la incorruptibilidad hace estar cerca de Dios: |
20 | así, el deseo de la Sabiduría conduce a la realeza. |
21 | Si a ustedes, entonces, soberanos de los pueblos, les agradan los tronos y los cetros, honren a la Sabiduría y reinarán para siempre. |
22 | ¿Pero qué es la Sabiduría y cuál es su origen? Yo lo voy a anunciar, sin ocultarles sus misterios: me remontaré hasta sus orígenes más remotos, pondré al descubierto su conocimiento, y no me apartaré de la verdad. |
23 | No me acompañará en el camino la envidia corrosiva, porque ella no tiene nada en común con la Sabiduría. |
24 | Una multitud de sabios es la salvación del mundo, y un rey sensato asegura la estabilidad de su pueblo. |
25 | Por lo tanto, déjense instruir por mis palabras, y esto les resultará provechoso. |