01 | Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Estás vestido de esplendor y majestad |
02 | y te envuelves con un manto de luz. Tú extendiste el cielo como un toldo |
03 | y construiste tu mansión sobre las aguas. Las nubes te sirven de carruaje y avanzas en alas del viento. |
04 | Usas como mensajeros a los vientos, y a los relámpagos, como ministros. |
05 | Afirmaste la tierra sobre sus cimientos: ¡no se moverá jamás! |
06 | El océano la cubría como un manto, las aguas tapaban las montañas; |
07 | pero tú las amenazaste y huyeron, escaparon ante el fragor del trueno. |
08 | Subieron a las montañas, bajaron por los valles, hasta el lugar que les habías señalado: |
09 | les fijaste un límite que no pasarán, ya no volverán a cubrir la tierra. |
10 | Haces brotar fuentes en los valles, y corren sus aguas por las quebradas. |
11 | Allí beben los animales del campo, los asnos salvajes apagan su sed. |
12 | Las aves del cielo habitan junto a ellas y hacen oír su canto entre las ramas. |
13 | Desde lo alto riegas las montañas, y la tierra se sacia con el fruto de tus obras. |
14 | Haces brotar la hierba para el ganado y las plantas que el hombre cultiva, para sacar de la tierra el pan |
15 | y el vino que alegra el corazón del hombre, para que él haga brillar su rostro con el aceite y el pan reconforte su corazón. |
16 | Se llenan de savia los árboles del Señor, los cedros del Líbano que él plantó; |
17 | allí ponen su nido los pájaros, la cigüeña tiene su casa en los abetos; |
18 | los altos peñascos son para las cabras, y en las rocas se refugian los erizos. |
19 | Hiciste la luna para medir el tiempo, señalaste el sol el momento de su ocaso; |
20 | mandas la oscuridad, y cae la noche: entonces rondan las fieras de la selva |
21 | y los cachorros rugen por la presa, pidiendo a Dios su alimento. |
22 | Haces brillar el sol y se retiran, van a echarse en sus guardias: |
23 | entonces sale el hombre a trabajar, a cumplir su jornada hasta la tarde. |
24 | ¡Qué variadas son tus obras, Señor! ¡Todo lo hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas! |
25 | Allí está el mar, grande y dilatado, donde se agitan, en número incontable, animales grandes y pequeños. |
26 | Por él transitan las naves, y ese Leviatán que tú formaste para jugar con él |
27 | Todos esperan de ti que les des la comida a su tiempo: |
28 | se la das, y ellos la recogen; abres tu mano, y quedan saciados. |
29 | Si escondes tu rostro, se espantan; si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo. |
30 | Si envías tu aliento, son creados, y renuevas la superficie de la tierra. |
31 | ¡Gloria al Señor para siempre, alégrese el Señor por sus obras! |
32 | El mira, y la tierra se estremece; toca las montañas, y echan humo. |
33 | Cantaré al Señor toda mi vida; mientras yo exista, celebraré a mi Dios: |
34 | que mi canto le sea agradable, y yo me alegraré en el Señor. |
35 | Que los pecadores desaparezcan de la tierra y los malvados ya no existan más.¡Bendice al Señor, alma mía! ¡Aleluya! |