01 | Canto de peregrinación. Levanto mis ojos hacia ti, que habitas en el cielo. | 02 | Como los ojos de los servidores están fijos en las manos de su señor, y los ojos de la servidora en las manos de su dueña: así miran nuestros ojos al Señor, nuestro Dios, hasta que se apiade de nosotros. | 03 | ¡Ten piedad, Señor, ten piedad de nosotros, porque estamos hartos de desprecios! | 04 | Nuestra alma está saturada de la burla de los arrogantes, del desprecio de los orgullosos. |
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