01 | Del maestro de coro. Según la melodía de «La cierva de la aurora». Salmo de David. |
02 | Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás lejos de mi clamor y mis gemidos? |
03 | Te invoco de día, y no respondes, de noche, y no encuentro descanso; |
04 | y sin embargo, tú eres el Santo, que reinas entre las alabanzas de Israel. |
05 | En ti confiaron nuestros padres: confiaron, y tú los libraste; |
06 | clamaron a ti y fueron salvados, confiaron en ti y no quedaron defraudados. |
07 | Pero yo soy un gusano, no un hombre; la gente me escarnece y el pueblo me desprecia; |
08 | los que me ven, se burlan de mí, hacen una mueca y mueven la cabeza, diciendo: |
09 | «Confió en el Señor, que él lo libre; que lo salve, si lo quiere tanto». |
10 | Tú, Señor, me sacaste del seno materno, me confiaste al regazo de mi madre; |
11 | a ti fui entregado desde mi nacimiento, desde el seno de mi madre, tú eres mi Dios. |
12 | No te quedes lejos, porque acecha el peligro y no hay nadie para socorrerme. |
13 | Me rodea una manada de novillos, me acorralan toros de Basán; |
14 | abren sus fauces contra mí como leones rapaces y rugientes. |
15 | Soy como agua que se derrama y todos mis huesos están dislocados; mi corazón se ha vuelto como cera y se derrite en mi interior; |
16 | mi garganta está seca como una teja y la lengua se me pega al paladar. |
17 | Me rodea una jauría de perros, me asalta una banda de malhechores; taladran mis manos y mis pies |
16c | y me hunden en el polvo de la muerte. |
18 | Yo puedo contar todos mis huesos; ellos me miran con aire de triunfo, |
19 | se reparten entre sí mi ropa y sortean mi túnica. |
20 | Pero tú, Señor, no te quedes lejos; tú que eres mi fuerza, ven pronto a socorrerme |
21 | Libra mi cuello de la espada y mi vida de las garras del perro. |
22 | Sálvame de la boca del león, salva a este pobre de los toros salvajes. |
23 | Yo anunciaré tu Nombre a mis hermanos, te alabaré en medio de la asamblea: |
24 | «Alábenlo, los que temen al Señor; glorifíquenlo, descendientes de Jacob; témanlo, descendientes de Israel. |
25 | Porque él no ha mirado con desdén ni ha despreciado la miseria del pobre: no le ocultó su rostro y lo escuchó cuando pidió auxilio» |
26 | Por eso te alabaré en la gran asamblea y cumpliré mis votos delante de los fieles: |
27 | los pobres comerán hasta saciarse y los que buscan al Señor lo alabarán.¡Que sus corazones vivan para siempre! |
28 | Todos los confines de la tierra se acordarán y volverán al Señor; todas las familias de los pueblos se postrarán en su presencia. |
29 | Porque sólo el Señor es rey y él gobierna a las naciones. |
30 | Todos los que duermen en el sepulcro se postrarán en su presencia; todos los que bajaron a la tierra doblarán la rodilla ante él, y los que no tienen vida |
31 | glorificarán su poder. Hablarán del Señor a la generación futura, |
32 | anunciarán su justicia a los que nacerán después, porque esta es la obra del Señor. |