01 | Después dijo a sus discípulos: «Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! |
02 | Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. |
03 | Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. |
04 | Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: "Me arrepiento", perdónalo». |
05 | Los Apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». |
06 | Él respondió: «Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: "Arráncate de raíz y plántate en el mar", ella les obedecería. |
07 | Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: "Ven pronto y siéntate a la mesa"? |
08 | ¿No le dirá más bien: "Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después"? |
09 | ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? |
10 | Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: "Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber"». |
11 | Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea. |
12 | Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia |
13 | y empezaron a gritarle: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!». |
14 | Al verlos, Jesús les dijo: «Vayan a presentarse a los sacerdotes». Y en el camino quedaron purificados. |
15 | Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta |
16 | y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano. |
17 | Jesús le dijo entonces: «¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? |
18 | ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?». |
19 | Y agregó: «Levántate y vete, tu fe te ha salvado». |
20 | Los fariseos le preguntaron cuándo llegaría el Reino de Dios. Él les respondió: «El Reino de Dios no viene ostensiblemente, |
21 | y no se podrá decir: "Está aquí" o "Está allí". Porque el Reino de Dios está entre ustedes». |
22 | Jesús dijo después a sus discípulos: «Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán. |
23 | Les dirán: "Está aquí" o "Está allí", pero no corran a buscarlo. |
24 | Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día. |
25 | Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación. |
26 | En los días del Hijo del hombre sucederá como en tiempos de Noé. |
27 | La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos. |
28 | Sucederá como en tiempos de Lot: se comía y se bebía, se compraba y se vendía, se plantaba y se construía. |
29 | Pero el día en que Lot salió de Sodoma, cayó del cielo una lluvia de fuego y de azufre que los hizo morir a todos. |
30 | Lo mismo sucederá el Día en que se manifieste el Hijo del hombre. |
31 | En ese Día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, no baje a buscarlas. Igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás. |
32 | Acuérdense de la mujer de Lot. |
33 | El que trate de salvar su vida, la perderá; y el que la pierda, la conservará. |
34 | Les aseguro que en esa noche, de dos hombres que estén comiendo juntos, uno será llevado y el otro dejado; |
35 | de dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra dejada». |
36 | Entonces le preguntaron: «¿Dónde sucederá esto, Señor?». |
37 | Jesús les respondió: «Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres». |