01 | Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, |
02 | donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. |
03 | El demonio le dijo entonces: «Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan». |
04 | Pero Jesús le respondió: «Dice la Escritura: "El hombre no vive solamente de pan"». |
05 | Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra |
06 | y le dijo: «Te daré todo este poder y esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. |
07 | Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá». |
08 | Pero Jesús le respondió: «Está escrito: "Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto"». |
09 | Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, |
10 | porque está escrito: "El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden". |
11 | Y también: "Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra"». |
12 | Pero Jesús le respondió: «Está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios"». |
13 | Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno. |
14 | Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu y su fama se extendió en toda la región. |
15 | Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan. |
16 | Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. |
17 | Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: |
18 | "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos |
19 | y proclamar un año de gracia del Señor". |
20 | Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. |
21 | Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír». |
22 | Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es este el hijo de José?». |
23 | Pero él les respondió: «Sin duda ustedes me citarán el refrán: "Médico, cúrate a ti mismo". Realiza también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaúm». |
24 | Después agregó: «Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. |
25 | Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. |
26 | Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón. |
27 | También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio». |
28 | Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron |
29 | y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo. |
30 | Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino. |
31 | Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados. |
32 | Y todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad. |
33 | En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un demonio impuro; y comenzó a gritar con fuerza; |
34 | «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios». |
35 | Pero Jesús lo increpó, diciendo: «Cállate y sal de este hombre». El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin hacerle ningún daño. |
36 | El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: «¿Qué tiene su palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen!». |
37 | Y su fama se extendía por todas partes en aquella región. |
38 | Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. |
39 | Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos. |
40 | Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. |
41 | De muchos salían demonios, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías. |
42 | Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. |
43 | Pero él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado». |
44 | Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea. |