01 | Después de terminar este discurso, Jesús partió de Galilea y llegó a las fronteras de Judea por la otra orilla del Jordán. |
02 | También allí mucha gente vino a él y los sanó. |
03 | Se le acercaron unos fariseos y lo pusieron a prueba con esta pregunta: «¿Está permitido a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?» |
04 | Jesús respondió: «¿No han leído que el Creador al principio los hizo hombre y mujer |
05 | y dijo: El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá con su mujer, y serán los dos una sola carne? |
06 | De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.» |
07 | Los fariseos le preguntaron: «Entonces, ¿por qué Moisés ordenó que se firme un certificado en el caso de divorciarse?» |
08 | Jesús contestó: «Moisés vio lo tercos que eran ustedes, y por eso les permitió despedir a sus mujeres, pero al principio no fue así. |
09 | Yo les digo: el que se divorcia de su mujer, fuera del caso de unión ilegítima, y se casa con otra, comete adulterio.» |
10 | Los discípulos le dijeron: «Si ésa es la condición del hombre que tiene mujer, es mejor no casarse.» |
11 | Jesús les contestó: «No todos pueden captar lo que acaban de decir, sino aquellos que han recibido este don. |
12 | Hay hombres que han nacido eunucos. Otros fueron mutilados por los hombres. Hay otros todavía, que se hicieron tales por el Reino de los Cielos. ¡Entienda el que pueda!» |
13 | Entonces trajeron a Jesús algunos niños para que les impusiera las manos y rezara por ellos. Pero los discípulos los recibían muy mal. |
14 | Jesús les dijo: «Dejen a esos niños y no les impidan que vengan a mí: el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos.» |
15 | Jesús les impuso las manos y continuó su camino. |
16 | Un hombre joven se le acercó y le dijo: «Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para conseguir la vida eterna?» |
17 | Jesús contestó: «¿Por qué me preguntas sobre lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Pero si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos.» |
18 | El joven dijo: «¿Cuáles?» Jesús respondió: «No matar, no cometer adulterio, no hurtar, no levantar falso testimonio, |
19 | honrar al padre y a la madre y amar al prójimo como a sí mismo.» |
20 | El joven le dijo: «Todo esto lo he guardado, ¿qué más me falta?» |
21 | Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, vende todo lo que posees y reparte el dinero entre los pobres, para que tengas un tesoro en el Cielo. Después ven y sígueme.» |
22 | Cuando el joven oyó esta respuesta, se marchó triste, porque era un gran terrateniente. |
23 | Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad les digo: el que es rico entrará muy difícilmente en el Reino de los Cielos. |
24 | Les aseguro: es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de los cielos.» |
25 | Los discípulos, al escucharlo, se quedaron asombrados. Dijeron: «Entonces, ¿quién puede salvarse?» |
26 | Fijando en ellos su mirada, Jesús les dijo: «Para los hombres es imposible, pero para Dios todo es posible.» |
27 | Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte. ¿Qué recibiremos?» |
28 | Jesús contestó: «A ustedes que me han seguido, yo les digo: cuando todo comience nuevamente y el Hijo del Hombre se siente en su trono de gloria, ustedes también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. |
29 | Y todo el que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o propiedades por causa de mi Nombre, recibirá cien veces más y tendrá por herencia la vida eterna. |
30 | Muchos que ahora son primeros serán últimos, y otros que ahora son últimos serán primeros.» |