Jesús es la vida, pero ¡su alma estuvo triste hasta la muerte por culpa de mis pecados! Los judios cometieron una enorme injusticia matando al único Justo, pero nuestra injusticia es más grande si no confesamos los pecados por los que ya pagó Jesús. A veces pensamos únicamente en el dolor físico de la cruz y olvidamos ese dolor del alma de Jesús, un dolor de muerte en Jesús que es la vida. |