| Hoy en la meditación de los misterios dolorosos, recordemos que tenemos un Dios, sumo sacerdote, que nos comprende, y con toda su misericordia intercede por nosotros. "Y por haber experimentado personalmente la prueba y el sufrimiento, él puede ayudar a aquellos que están sometidos a la prueba." (Heb 2, 17-18) | |