 |  Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. (Mt 2, 11) El otro día me dijeron que la mayoría de la gente va a misa por obligación. Yo creo que sí, que mucha gente va a la misa por precepto, pero que no conocen lo que es, que no la viven, y por tanto es una carga para muchos. Por eso escribo esta serie de vivencias propias acerca de la misa. ¿Quien es Dios para tí? Con esa única pregunta que te respondas sinceramente y que vayas al templo a decírselo, ya tu misa será diferente. Y apenas vamos en la tercera campanada. |  |
