01 | Cuando terminó de celebrarse la boda Tobit llamó a su hijo Tobías y le dijo: «Hijo mío, ya es hora de pagarle lo convenido a tu compañero, agregando incluso algo más». |
02 | Tobías le respondió: «Padre, ¿cuánto tengo que darle? Aunque le entregara la mitad de los bienes que él trajo conmigo, no saldría perdiendo. |
03 | El me ha conducido sano y salvo, ha curado a mi esposa, ha traído conmigo el dinero y te ha curado a ti. ¿Qué puedo darle por todo esto?». |
04 | Tobit le dijo: «Hijo, es justo que se lleve la mitad de lo que trajo». |
05 | Tobías llamó a su compañero y le dijo: «Toma en pago la mitad de lo que has traído, y vete en paz». |
06 | Entonces Rafael llamó aparte a los dos y les dijo: «Bendigan a Dios, y celébrenlo delante de todos los vivientes por los bienes que él les ha concedido, para que todos bendigan y alaben su Nombre. Hagan conocer debidamente a todos los hombres las obras de Dios y nunca dejen de celebrarlo. |
07 | Es bueno mantener oculto el secreto del rey, pero las obras de Dios hay que revelarlas y publicarlas como es debido. Practiquen el bien, y así el mal nunca los dañará. |
08 | Vale más la oración con el ayuno y la limosna con la justicia, que la riqueza con la iniquidad. Bale más hacer limosna que amontonar oro. |
09 | La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna gozarán de una larga vida. |
10 | Los que pecan y practican la injusticia son enemigos de su propia vida. |
11 | Voy a decirles toda la verdad, sin ocultarles nada. Ya les dije que es bueno mantener oculto el secreto del rey y revelar dignamente las obras de Dios. |
12 | Cuando tú y Sara hacían oración, era yo el que presentaba el memorial de sus peticiones delante de la gloria del Señor; y lo mismo cuando tú enterrabas a los muertos. |
13 | Cuando no dudabas en levantarte de la mesa, dejando la comida para ir a sepultar un cadáver, yo fui enviado para ponerte a prueba. |
14 | Pero Dios también me envió para curarte a ti y a tu nuera Sara. |
15 | Yo soy Rafael, uno de lo siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia». |
16 | Los dos quedaron desconcertados y cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. |
17 | Pero él les dijo: «No teman, la paz esté con ustedes. Bendigan a Dios eternamente. |
18 | Cuando yo estaba con ustedes, no era por mi propia iniciativa, sino por voluntad de Dios. Es a él al que deben bendecir y cantar todos los días. |
19 | Aunque ustedes me veían comer, eso no era más que una apariencia. |
20 | Por eso, bendigan al Señor sobre la tierra y celebran a Dios. Ahora subo a Aquel que me envió. Pongan por escrito todo lo que les ha sucedido». Y en seguida se elevó. |
21 | Ellos bendecían a Dios, entonando himnos, y lo celebraban por haber obrado esas maravillas, ya que se les había aparecido un ángel de Dios. |