| Tu alma es libre y tu cuerpo está para santificarla y llevarla a Dios, no para esclavizarla. ¡Libera tu alma! Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios ¡Abba!, es decir, ¡Padre! (Rom 8, 15) | |