Googlecelebra el 93 cumpleaños de Rosalind Franklin, biofìsica y cristalógrafa inglesa autora de importantes contribuciones a la comprensión de las estructuras del ADN, los virus, el carbón y el grafito. Es conocida por su trabajo en las imágenes de disfracción de rayos X del ADN que a su vez llevó al descubrimiento de la doble hélice del ADN. El doodle muestra en la segunda "o" del buscador una caricatura de Rosalind Franklin de perfil, mientras que la letra “l” se ha sustituido por la doble hélice de ADN y la letra “e” por un difractograma de rayos X. Rosalind Elsie Franklin nació el 25 de julio de 1920 en Kensington, Londres. A los 17 años decide ir a la universidad para estudiar Química, Física y Matemáticas. Entusiasmada por la ciencia, había escuchado a Einstein en una de sus conferencias, y decidió, tal y como éste proclamaba, poner su vida al servicio de ella. A los 18 años la brillante Rosalind aprueba el ingreso en Física y Química para entrar en Cambridge, el mejor centro de Inglaterra para estas disciplinas. Allí había estudiado Newton y se había fundado el Laboratorio Cavendish, que tomaba el nombre del físico que unificó las fuerzas eléctricas y el magnetismo. En una conferencia sobre temas de vanguardia en las matemáticas, conoce al profesor William Lawrence Bragg, ganador en 1915 del premio Nobel por demostrar que los rayos X permitían descubrir la estructura de los cristales. Así toma Rosalind contacto con la cristalografía. Pese a los avatares de la guerra que asuela Londres a principios de 1941, Rosalind acaba la carrera con buenas calificaciones y consigue una beca por un año en el Departamento de Investigación Científica e Industrial. A los 21 años, consigue trabajar a las órdenes de otro futuro premio Nobel, el fisicoquímico pionero en fotoquímica Ronald Norrish. El mes de agosto del año siguiente acepta un trabajo para estudiar el carbón en la British Coal Utilisation Research Association (BCURA), dirigida por Donald H. Bangham. El carbón vegetal era, en plena guerra, un combustible de gran protagonismo y trascendencia, ya que se empleaba como filtro de las máscaras de gas. Tras investigar sus diferentes tipologías, Rosalind presenta cinco publicaciones, consigue doctorarse en química física, que obtuvo en la Universidad de Cambridge en 1945, y contribuye a la fabricación de una máscara de gas más eficaz. En 1946 Rosalind decide salir de su Inglaterra natal. Los contactos de una de sus amigas le facilitan conseguir un puesto como fisicoquímica junto a Marcel Mathieu, que gestiona un centro de investigación en París. A su lado, Rosalind aprende y desarrolla técnicas tan innovadoras como relevantes para su futuro, entre las que destacan las de difracción de rayos X, llamada también "cristalografía de rayos X". Una técnica tan compleja como poco conocida, que pretende aplicar el método de la cristalografía a materias no cristalinas. Su ojo científico se aguza y le permite perfeccionar dichos procesos y publicar varios estudios sobresalientes. En 1950 sus avances en dicha disciplina llegan a oídos de John Randall director del laboratorio del King’s College de Londres, quien le insta a sumarse a su unidad de investigación en la que sólo trabajarían ella y el que sería su mano derecha, Raymond Gosling. Éste había sido hasta entonces ayudante de un joven físico neozelandés, Maurice Wilkins, que había trabajado en el ADN, aunque las imágenes que había obtenido hasta entonces eran harto confusas. La científica arriba a Londres en enero del año siguiente y monta su laboratorio solventado las carencias que su antecesor, Maurice Wilkins, no había sido capaz de cubrir. El regreso de éste, que se encontraba de vacaciones, no es precisamente placentero. El científico, incapaz de asimilar las mejoras que la recién llegada ha aportado a “su laboratorio” y el hecho de que Gosling se haya convertido en su ayudante, sumados a su natural machismo, le predisponen contra la recién llegada. En mayo de 1952 la científica consigue, con el difractómetro de rayos X, fotografiar la cara B del ADN hidratado, la famosa Foto 51, columna vertebral del ADN.
Hasta la fecha, dos investigadores de la Universidad de Cambridge, James Watson y Francis Crick, habían abordado el problema de la estructura del ADN basándose en los datos obtenidos por otros científicos y especulando sobre ellos habían construido un modelo en tres dimensiones, un modelo que no respondía a la realidad y que tras ser analizado por Rosalind es rechazado. Pero los dos científicos perseveran y como ha quedado demostrado en repetidas ocasiones desafortunadamente, la historia de la ciencia una vez más es injusta con las mujeres. El desabrido Wilkins, a espaldas de Rosalind, le enseña a Watson las fotos decisivas que ésta ha obtenido del ADN y cuyos resultados aún no ha publicado. Poco después, el 25 de abril del siguiente año, la prestigiosa revista Nature publica tres artículos de los grandes hallazgos de la biología bajo el único título de Estructura molecular de los ácidos nucleicos. El primero, firmado por Crick y Watson, es la estrella de la revelación del descubrimiento científico, la estructura del ADN; el segundo es un artículo de Wilkins y el tercero, el de Rosalind. Incómoda con la situación, Rosalind decide entonces abandonar todo lo relacionado con el tema.
Su carrera científica prosigue, Franklin se trasladó al laboratorio de JD Bernal en el Birkbeck College, donde realizó un trabajo muy fructífero sobre el virus del mosaico del tabaco. También comenzó el trabajo sobre el virus de la polio. El 16 de abril de 1958 fallece en Chelsea, Londres de bronconeumonía, secundaria carcinomatosis, y cáncer de ovario, probablemente a consecuencia de sus repetidas exposiciones a la radiación durante sus investigaciones.
En 1962 sus colegas Watson, Crick y Wilkins son galardonados con el Premio Nobel por su trabajo en el descubrimiento del ADN. El nombre de Rosalind Franklin no se mencionó ni se reconoció su contribución en dicho avance científico sin precedentes. |
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