Deseos Catárticos

Las circunstancias más aterradoras que me han sucedido hasta ahora, han ocurrido cuando no había absolutamente nada por hacer.

Estar ahí era el único juego al que podía jugar. Deje de pensar, callé y me dedique a sentir, a sumergirme en historias ajenas y propias, salpicadas la mayoría de las veces de un tono donde deseos catárticos y benevolentes me quitarían muchos pesos de encima; tal vez la salvación o una compañía para evadir la soledad que me aqueja cuando menos la deseo y cuando menos la espero.

La vida cambia en un instante, planeamos y concebimos cosas que se pueden alterar mas rápido de lo que nos tardamos en pensarlas y hasta desearlas.

Hoy es un día perfecto para una lluvia perfecta dijo alguien; la lluvia me gusta por que me limpia y me renueva, limpia los pasos que doy en falso y me da oportunidades de poner nuevas huellas en mi caminar.

Las gotas de agua de lluvia es lo único que conozco para no caer en hechizos de noches falsas; esta noche posiblemente me entregue sin arte a quien sabrá perderme y acabarme; pero el día es perfecto para una lluvia perfecta, ¿no es así?.

Al llegar siempre, hay un final y un principio recíprocamente en ciclos atemporales, cada uno de ellos marca de modo distinto, la vehemencia del destino es lo que hace pensar en lo que seré, la intriga es mi fatalidad, pero la lluvia lo cura todo…

ALEJANDRO MELO.