Una costumbre muy antigua cuyo nombre como la conocemos actualmente fue inspirado por un emperador romano que era muy aficionado a las esposas de los demás. Para compensar a los esposos les solia un punto de caza (un terreno muy grande para realizar esta actividad). Los restos de los animales que cazaban estos desafortunados maridos le da el nombre a la relacion tan especial que el emperador tenía con la señora. ¿De qué actividad estamos hablando? ERES UN CORNUDO En los países nórdicos de la antigüedad, los gobernadores de las comarcas podían, por su condición de tal, seleccionar a las mujeres con las que deseaban intimar. Cuando esto ocurría, la puerta de la casa donde se encontraba el gobernador con la mujer elegida, era adornada con los cuernos del alce, en señal de su presencia. Si la mujer estaba casada, su marido mostraba felizmente a sus vecinos el adorno, orgulloso por la visita del gobernador a su humilde morada. Y así surgió la popular expresión: “Te pusieron los cuernos” o “Eres un cornudo”. Solo que hoy en día genera de todo, menos deseo de jactarse. PONER LOS CUERNOS Según dicen todos los diccionarios, "cornudo es todo hombre cuya mujer es infiel". Pero, ¿por qué los engañados son cornudos y no rabudos, peludos o dentones? Porque, por lo visto, poner los cuernos deriva del viejo símbolo del buey, ese viejo animal castrado, que se somete paciente al trabajo que le impone su amo. De ahí, que los maridos o esposas infieles, le pongan los cuernos a su pareja. Esta expresión empezó a usarse en España hace cuatro siglos, pero pronto se extendió al resto de Occidente. Hoy no hay nadie en este planeta que no sepa qué quieren decirle si le señalan con los dedos abiertos a modo de cuernos. ¿Y EN LA ANTIGUA ROMA? Resulta que en la historia hubo un emperador romano llamado Adrónico. Este personaje, como muchos de su época, abusando de su puesto o jerarquía y dado a los placeres, a los que también muchos personajes eran adictos por esos tiempos, y no respetaban aun a sus más cercanos súbditos si estos contaban con la fortuna de tener una bella mujer por esposa, porque si a dicho personaje se le antojaba, iba y la tomaba como amante. Al emperador Adrónico también le gustaba la cacería, por lo que coleccionaba muchos ornatos de los animales que cazaba. Para quitarse un poco la culpa por haber tomado la mujer de alguno de sus subditos más allegados, este personaje solía enviar a sus ofendidos súbditos un ornamento grande con la cabeza del animal y sus cuernos, esto en agradecimiento por hacerse de la “vista gorda”, y ellos adornaban la entrada de sus casas. El problema comenzó cuando había muchos adornos de este tipo por todo el pueblo. Entonces lo que antes se tenían como trofeos dignos al haber sido recibidos de su emperador, pasó a ser un trofeo vergonzoso. Links Relacionados: - ¿Te ponen el cuerno? Chécalo en este test de infidelidad. |
Una palabra poderosa que cura enfermedades | Que un canario no cante: la diferencia entre la vida y la muerte