Mantener la llama del amor encendida y fortalecida, sobre todo en parejas con una larga historia, no es nada fácil.
La rutina, los problemas típicos; los cambios en la dinámica de la relación; la llegada de los hijos, y las diferencias pueden llegar a opacar ese amor inicial que los llevó a estar juntos y crear una brecha irreparable.
Y no nos olvidemos de aquellas pequeñas pero importantes acciones del día a día, (muchas veces imperceptibles) que van marchitando la relación hasta dejarla sin vida.
Detectar y cambiar estos hábitos insanos pueden darle la vuelta y mejorar notablemente la dinámica de pareja. ¡Te los decimos todos!
Siempre hemos escuchado que para que una relación funcione únicamente se necesita un amor intenso y apasionado. En el que todo es felicidad, risas y perfección.
Y qué sorpresa nos llevamos cuando descubrimos que la realidad es otra, en la que el amor resulta ser solo la base para construir con trabajo diario una relación sana.
Es por ello, que, aunque se ame de todo corazón a nuestra pareja, las malas costumbres que arrastramos son capaces de destrozar por completo una relación que en apariencias parecía perfecta.
En cuanto a los hábitos, la cuestión es que los realizamos de manera automática e inconsciente. Y muchos de ellos ni siquiera son propios, pues los hemos aprendido en nuestro entorno familiar o el más cercano y los repetimos sin reflexionar mucho sobre ellos.
Aquí te enlistamos los 10 hábitos que debes evitar para que tu relación siga más viva que nunca:
En una relación donde los regaños y las órdenes no paran, se da una lucha de poder, en la que no hay igualdad.
Si regañas a tu pareja día tras día por no hacer la limpieza, llegar tarde o cualquier cosa en la que no estás de acuerdo, estás tomando un papel de superioridad, y ella o él vivirá frustrado por no cumplir tus expectativas.
A la larga, esta conducta debilitará su relación, la confianza e intoxicará la comunicación. Te verá no como su compañer@, sino como alguien a quien rendirle cuentas. Tal como una figura materna o paterna.
La indiferencia es sinónimo de desconexión con el otro y con lo que vive. Es mostrar apatía y desinterés hacia los sentimientos de tu pareja, sus deseos, los proyectos compartidos y la intimidad.
Incluso, la indiferencia, puede llegar a considerarse maltrato psicológico, pues anulas emocionalmente al otro y le evitas constantemente.
No es novedad enterarnos que los celos son una de las principales causas por la que las relaciones fracasen.
Los celos excesivos acarrean amenazas constantes, vigilancia obsesiva y falta de libertad y autonomía.
Además, hablan más de una necesidad de controlar a tu pareja y tener posesión sobre ella, que de amor verdadero basado en el respeto.
Seamos sinceros, a nadie le atrae el mal aliento, el olor a sudor constante, el cabello sucio o la ropa desaliñada.
Incluso, investigaciones señalan que los “olores de la pareja” son de suma importancia para el otro. Y si no hay un aseo regular del cuerpo, puede afectar la convivencia diaria e impactar de forma negativa el deseo sexual y la intimidad.
Sin importar sin son grandes, pequeñas o piadosas, las mentiras provocan un daño que la mayoría de las ocasiones, resulta irreversible.
Cada vez que le mientes a tu pareja, fracturas su confianza y la tranquilidad de la relación.
Y con el paso del tiempo, si este comportamiento es muy frecuente, se creará una cadena de mentiras que puede escalar hasta situaciones graves, como una infidelidad.
¿Cómo cambiarlo? Si sospechas o ya sabes con certeza que tu pareja te miente, lo mejor es confrontarl@ de manera honesta, como adultos maduros y sensatos. Valora además qué tan importante es o son las mentiras, para decidir si puedes continuar con la relación. Y si eres tú el o la que miente, piensa con profundidad las razones del por qué lo haces. También pueden acudir con un profesional de la salud mental.
Sobre todo tiempo de calidad, en el que tú y tu pareja se conecten y disfruten de su compañía.
No es lo mismo estar en la noche en cama viendo cada uno sus redes sociales, a ver una película que a ambos les guste, acompañados de una rica cena.
Hacernos un espacio entre tantas ocupaciones diarias y poner atención completa el uno al otro es la clave para una relación duradera.
Adicciones como el cigarro, el alcohol, el trabajo, las redes sociales, los videojuegos, y por supuesto las drogas, causan problemáticas importantes que los consumirá física y mentalmente.
Y a medida que la dependencia se incremente, los planes, las metas, la convivencia y la intimidad de ambos se irán fracturando cada vez más.
Tal como sucede con las mentiras, el romper las promesas y los compromisos, también acaba con la confianza y la estabilidad.
Refleja además el olvido de un pacto mutuo, en el que poco a poco dejas de ver a tu pareja como una persona honesta. Se pierden la esperanza y las expectativas.
Los problemas de dinero, según las encuestas, aparece entre los principales motivos de separación.
No pagar las tarjetas de crédito, compras secretas e innecesarias, no pagar los servicios básicos o no tener un fondo de emergencia son hábitos destructivos que provocarán un estrés financiero entre tu pareja y tú.
Y que, en los casos más graves, pueden derivar en un sobreendeudamiento o la quiebra de algún negocio propio.
La sexualidad juega un papel muy importante en la relación de pareja, ya que más allá de la conexión física, representa una unión emocional y se alimenta la intimidad.
Factores como la rutina, el trabajo, el estrés, el descuido personal o los hijos pueden deteriorar la pasión entre ambos y disminuir sus encuentros sexuales cada vez más.
FUENTES: