La Navidad es una época del año que conecta con un ideal de felicidad. Sin embargo, en la práctica, cada ser humano vive este tiempo de un modo diferente.
Hay personas que sienten cómo su niño interior vuelve a brotar en fin de año; otras desearían dar un salto en el tiempo para aterrizar de forma directa en el mes de enero; unas más sufren dolor interior por soledad o por recordar a quienes ya no están...
En definitiva, pese a que el prototipo de la Navidad es único, la realidad, es que la forma de vivir estas fiestas, es múltiple y el deseo de que te la pases muy bien está presente.
Esta Navidad, al igual que cualquier otra, pasará a formar parte de la historia familiar. Y con ello puede dejar un legado de amor, resiliencia y esperanza en la memoria de quienes compartieron juntos momentos inolvidables, porque la felicidad se encuentra, pero también se crea.
Unidos a esta finalidad queremos sugerirte 10 pautas para que vivas esta época de manera diferente y que definitivamente la recuerdes todo el año.
La Navidad no es una carrera loca contra el tiempo. No tiene por qué implicar un presupuesto económico diferente al de otras épocas del año.
Tu Navidad podría ser tan bonita o tan compleja como tú lo decidas. Hay muchas de nuestras decisiones personales, en esta época, que se ven matizadas por la presión social, que nos lleva a correr, comprar, gastar. Pero, ¿te has detenido para preguntarte cómo quieres ser feliz en Navidad?
¿Te has puesto a pensar que podrías estar tranquil@, sin estrés, en confianza, con libertad, con apertura, sin complicaciones? Tómatelo como un reto.
Una clave importante para ser feliz en navidad, es precisar qué es lo importante para ti. Yo creo que esta es una época para estar con los seres queridos, sin complicaciones. Y planes como estos son más que perfectos:
En definitiva, es una época para compartir con atención y calidez con aquellas personas que amas.
En el ritmo normal de un año, muchos caminamos agobiados por tantas cuestiones: laborales, familiares, de pareja, etc. Nos enfrentamos a largas jornadas y cortos periodos de descanso, con un agotamiento, cansancio físico y emocional que te impide ser feliz en Navidad.
Pues te deseamos que esta Navidad le des la vuelta, y que la conviertas en una oportunidad para llamar y estar con las personas a las que les has dedicado poco tiempo. Invítalos a tu casa, conversen rico y pásenla bien.
Esta es una época para abrir espacios, para compartir la vida sin grandes protocolos. Es abrirle la puerta de tu corazón y de tu casa a las personas que más disfrutas y a las que, por el tumulto de la vida, no coinciden como quisieras.
Creo que uno de los grandes retos que tenemos en nuestra sociedad actual es romper esa creencia de que necesitamos mucho para ser felices.
La realidad es que no ocupamos grandes cosas para celebrar la Navidad, ya que lo único a lo que nos somete esa idea es a andar corriendo para satisfacer nuestras necesidades de consumo.
Pero si te pones a pensar esto no tiene mucho sentido. Lo que en realidad necesitas en esta Navidad es:
Esta es una época en la que muchos le dan una mirada a la historia reciente. Posiblemente haya momentos que generen dolor y culpa.
Momentos que te hagan pensar cosas negativas sobre ti mismo y que te lleven a preguntarte si este año que está terminando con una sensación emocional compleja, es por ti o por los demás.
¡Aleja esos pensamientos! Este es un buen momento para reconciliarte contigo mism@. Y asumir y comprender con cariño los motivos por los que no has actuado bien.
Además de tomar la decisión de modificar todo aquello que no te hace sentir orgullos@.
Todo esto para aprender de la experiencia, vaciar el saco emocional de esas cosas negativas y quedarnos con el aprendizaje de todo lo positivo que se pueda sacar; incluso de aquellos momentos dolorosos.
Date la oportunidad de mostrar un corazón dispuesto para disfrutar.
Si este año has tenido situaciones que te han causado tristeza y dolor; ciertos problemas o algunos momentos difíciles con las personas que te rodean, y esto te ha llenado de resentimiento, puede que hoy sea el momento de soltar esas emociones.
Quizá sea la fecha ideal para acercarse a esas personas, ofrecer y aceptar una disculpa: y posteriormente enfocarte en reconstruir la relación.
Pero si por alguna razón la otra persona ha levantado los muros de la indiferencia y del conflicto, también es momento de soltar el tema y alejarse de aquellos que sólo te roban la paz, y que te sujetan o te someten a una montaña rusa de emociones sin sentido.
Esta es una cuestión clave en esta época del año. Hay personas que quieren sentir paz, serenidad, tranquilidad, e incluso tienen muy claro lo que deben de hacer para experimentar dichas sensaciones. No obstante, no hacen nada por alcanzarlas.
Navidad es un buen momento para tomar la decisión de trabajar por construir esa paz y esa serenidad. Y aunque no tiene que ser exclusivo de esta época, sí puedes empezar a transformar y prolongar una percepción positiva y serena a lo largo de todo un año.
Este es un buen momento para tomar esa decisión que tienes pendiente; para dar ese paso que has estado posponiendo y para darle cierre a ese ciclo que te causa preocupación.
Es momento de asumir el protagonismo de tu historia y regalarte la oportunidad de modificar de una buena vez esa pasividad que te estanca, y que te lleva a perpetuar una y otra vez las mismas conductas insanas.
Algo maravilloso que podemos que hacer por nosotros mismos y por los demás, es brindarnos una visión positiva y un lenguaje amoroso.
Hay quienes caminan en el día a día de su historia cargados de tensión y preocupación, cargados de estrés y de angustia, cuando en realidad puede ser que no sea así.
Navidad es un buen momento para limpiar tus lentes, darte cuenta que en medio de toda situación compleja, también hay esperanza, y que en nada te ayuda levantarte gruñendo y estando en conflicto con tu existencia.
A la larga, te darás cuenta que haciendo estos cambios en tu actitud también las personas que están a tu alrededor tienen una mejor experiencia a tu lado y es más agradable convivir contigo.
Un reto importante en la vida es dejar complicarse la existencia por cualquier cosa.
Hay personas que tienen ese don maravilloso para complicarse la vida:
Si un problema es real y se puede resolver, entonces hay que enfrentarse a él. Asumirlo, resolverlo y dejar de quejarse de la vida.
Si el problema simplemente no se puede resolver, no está en tus manos y entonces no es tuyo. No hay que clavarse con cosas que no te corresponden.
En la vida tenemos que aprender a preocuparnos y ocuparnos única y exclusivamente por aquello que podemos cambiar a partir de nuestras acciones.
Para muchos pareciera ser que la vida es a futuro. Se vive pensando en lo que va a suceder, lo que podría llegar a suceder; y olvidándose que lo único que tenemos fijo es el presente.
Este es el momento clave para hacer las cosas bien, para tomar decisiones, para decidir abrazar, besar y estar al lado tus seres queridos y tener grandes instantes de felicidad en Navidad.
Este es tu momento. Aprende a disfrutar la vida en cada circunstancia, sin estar mirando hacia atrás, y a no llenarte de emociones que te predisponen.
Camina sin siempre mirar hacia el futuro, añorando lo que no sabes, o lo que algún día sucederá.
Vive en el presente y disfruta a las personas que están a tu lado hoy.
FUENTES:
