Muchos hombres se quejan de la poca o hasta nula vida sexual que experimentan día a día. Específicamente por la falta de deseo de las mujeres. Adjudicándoselo a las hormonas, el periodo menstrual o el desinterés por parte de ella. Incluso, a algunos les pasa por la mente la idea de que se está dando una infidelidad.
Sin embargo, lo que algunos (o muchos) hombres no se imaginan es que esa disminución sexual en sus novias (si es que viven juntos), o bien, sus esposas, está relacionada con la excesiva carga mental que causa el trabajo doméstico, sobre todo cuando está desequilibrado o mal repartido. ¿Lo habías analizado?
Aquí te traemos toda la información al respecto y algunos tips para hacer un cambio en su dinámica de pareja, que al final impactarán positivamente en su vida sexual. ¡Aquí vamos!
El trabajo doméstico no es nada fácil: la limpieza diaria, la comida, hacer la despensa, el pago de los servicios, arreglar aquella cosa que ha estado fallando últimamente…
Además de la crianza de los hijos, si es que los hay; pasar tiempo de calidad con ellos, bañarlos, ayudarles a hacer sus tareas, tener sus uniformes limpios. A todo esto, súmale el trabajo que cada mujer tiene fuera de casa.
Cuando todas estas tareas están repartidas 50/50, es evidente que la carga física y mental es menor para ambas partes.
Pero la realidad es que comúnmente en las mujeres recae el papel de coordinadoras del hogar, mientras que sus parejas masculinas, muchas de las veces son “subordinados” pasivos, pues no asumen responsabilidades al mismo nivel.
De hecho, según datos de Expansión Mujeres, una mujer dedica en promedio 25.7 horas a la semana, al trabajo doméstico, (mientras que ellos unas 14 horas), cifra que dividida entre los 7 días de la semana equivale a tener casi otro empleo de medio tiempo y sin pago.
Esta dinámica poco a poco las va dejando sin energías ni intenciones de tener un encuentro sexual con ellos, pues se les ve como los responsables de su malestar y otro individuo al que cuidar, aunque en teoría debería hacerlo por él mismo.
Así lo confirmó un artículo publicado recientemente por The Conversation en el que Simone Buzwell, profesora titular de psicología y Eva Johansen, candidata a doctorado de la Universidad Tecnológica de Swinburne debatieron la relación de la carga mental y el deseo sexual de las mujeres.
Concluyendo que las mujeres, en relaciones más equitativas sienten más deseo sexual que aquellas que llevan la carga de las tareas domésticas solas.
Como parte de esta investigación, se les preguntó a 299 mujeres australianas de entre 18 y 39 años quién realizaba las tareas del hogar, quién llevaba la carga mental, como organizaban las actividades de la casa y el pago de los servicios. También se les preguntó quién tenía más tiempo libre y no fue ninguna sorpresa lo que sus respuestas revelaron.
Por otro lado, la pandemia fue un factor que duplicó aún más dicha carga: las clases en línea de los niños, el home office y el encierro en sí; dejando a las mujeres agotadas, ansiosas, con niveles de estrés mucho más altos y, además, resentidas con sus parejas.
El líbido de las mujeres es mucho más susceptible que el de los hombres. Cualquier desajuste físico, biológico o psicológico impactará en su deseo sexual.
Además, de que, para ellas, se trata más de un estado de ánimo y una necesidad de cercanía. Y que cambia en respuesta a las experiencias vitales y a la calidad de sus relaciones. A esto se le llama naturaleza fluctuante del deseo.
La carga mental, por su parte, se caracteriza por ser demandante de recursos cognitivos: planificar, estar atentas de todo, proponer soluciones.
Esto se traduce en agotamiento físico, irritabilidad, frustración, alteraciones de sueño y del apetito; estrés constante, alta responsabilidad y por supuesto, conflictos en pareja; factores comprobables del bajo deseo sexual en las mujeres.
Todo en conjunto desarrolla en las mujeres sentimientos desagradables hacia su pareja y hace que lo vea poco a poco como algo negativo; como el responsable de su estrés. Y lo peor es que muchas veces el hombre ni siquiera sabe lo que está ocurriendo.
De hecho, según el sitio web La Sexología, es habitual que asistan a consulta parejas en las que ellos llegan de trabajar y buscan tener relaciones sexuales con su pareja, mientras que ellas lo único que quieren y necesitan es descansar de todo lo que ya han hecho durante el día en casa. Lo último que a ellas les pasa por la mente es el sexo.
Otra causa muy importante de la disminución del deseo sexual relacionada con la carga mental es el papel de cuidadoras.
No tiene el mismo efecto en las emociones de las mujeres cuidar a sus hijos (ya que ellos no pueden cuidar de sí mismos) que también hacerlo por su pareja: lavarle su ropa, hacerle la lista del súper porque él no sabe qué comprar; cuidar su alimentación
Las mujeres terminan convirtiéndose en las “mamás” de sus esposos. Y si ven a su pareja como un hijo, lo último que van a querer es acostarse con él.
El primer paso en el camino a tener relaciones más satisfactorias es hacer visible la carga mental.
A veces ellos no entienden por qué sus esposas están tan cansadas si “ellos también salen a trabajar”. Ignorando el gran trabajo que se está haciendo mientras no están.
Por ello sentarse a conversar sobre lo que está sucediendo es clave. Así ella puede externar cómo se siente al respecto y él puede involucrarse mucho más.
Ambos deben comprometerse a hacer los cambios necesarios hasta lograr una dinámica equilibrada y con roles bien definidos, sin importar el género.
Por ejemplo, es importante que las mujeres aprendan a delegar las tareas del hogar. A veces pasa que ellas no quieren compartir los quehaceres porque implica enseñarles a sus parejas cómo hacerlo. O bien, no les gusta la manera en cómo ellos hacen las cosas.
En este punto, hay que apostar por la flexibilidad y dejar a un lado esa necesidad de control y perfección.
En el caso de los hombres, el tener esa iniciativa e interés por las cosas del hogar y no dar por sentado que, si su pareja ya ha hecho la mayor parte, debe ser así siempre.
No necesitan esperar a que su esposa les indique qué hay que hacer o qué falta comprar para la despensa. Les aseguramos que la diferencia será inmediata.
Y finalmente, pueden optar por hacer un calendario de tareas a realizar, para tener mayor orden y claridad.
Una vez que la organización y las tareas están repartidas satisfactoriamente, el tono emocional de la pareja será mucho más positivo, al igual que los niveles de energía para el deseo sexual.
Además, hay acciones que ambos pueden llevar a cabo que los beneficiarán todavía más. Tomen nota:
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