Su nacimiento, sus primeros pasos, el festival de la escuela, el viaje a la playa, la visita al zoológico… Cada momento de tu o tus hijos lo has documentado en Facebook o Instagram. ¿No es así?
Y aunque te parezca algo normal y una manera linda de compartir y tener recuerdos de su desarrollo, el sharenting, término que describe esta acción, puede ser perjudicial para la seguridad de tu familia y sobre todo para la intimidad de tus hijos.
Pero antes de alarmarte y borrar todos los posts que has hecho hasta ahora, te compartimos más sobre el sharenting y qué medidas puedes tomar al respecto. ¡Sigue leyendo!
Se le llama sharenting al fenómeno de exponer información de tus hijos en las redes sociales, ya sean fotos, videos o blogs.
Es un término que se forma del inglés sharing (compartir) y de parenting (criar); y que ha tenido gran relevancia en los últimos años, pues hasta ahora no ha existido otra generación de niños con una infancia tan pública en los medios digitales, como lo es esta.
Tan solo hay que echarles un vistazo a las estadísticas:
Según datos de una encuesta realizado en 2019 en varios países; por la firma de seguridad informática AVG, el 23% de los niños aparece en redes sociales incluso antes de nacer, cuando sus padres suben fotos de los ultrasonidos.
Asimismo, el 81% de los bebés son expuestos con menos de seis meses de edad.
Otro estudio, por su parte, demostró que, en promedio, los papás comparten al menos 1,500 fotografías de sus hijos antes de que cumplan los cinco años de edad (LSE).
Ahora hay que agregar que una cuarta parte de ellos no tienen un perfil privado, por lo que cualquier persona tiene la posibilidad de acceder a estas fotografías con un solo clic.
Sabemos que tienes razones bien intencionadas para compartir el contenido de tus hijos.
Puede que seas mamá o papá primerizo y te sientas desbordad@ por el amor y el encanto hacia tu pequeño. O tal vez te sientas orgullos@ de él o de ella y de sus logros. O bien, tu familia está lejos y a través de las redes les muestras su crecimiento.
Pero independientemente de tus motivos, es una realidad que el sharenting representa un problema en muchos sentidos.
Para empezar, cada vez que publicas en las redes sociales, generas una “huella digital”, es decir un rastro que dejas al navegar e interactuar en internet y que se mantendrá a lo largo de tu vida. Y en la que además cedes ciertos derechos de uso de esta información; la mayoría del tiempo sin ser consciente del alcance que tendrá.
Súmale también que el mundo del internet puede ser un lugar muy oscuro, y existe el peligro latente de que el contenido que publiques caiga en manos de personas que no tienen las mejores intenciones con tus hijos.
Cada imagen que subes puede ser tomada y reutilizada por personas extrañas con fines negativos o delictivos. como el robo de identidad, actividad en la que fingen que tus hijos son suyos y usan tal información para engañar a otros.
Compartir fotos o videos de tus hijos, junto con otros datos como su nombre completo, o su ubicación, también puede tener las siguientes consecuencias:
En cuanto a este último punto, quizás te parezca absurdo que un niño pueda darte su autorización sobre su imagen en internet, sin embargo, por más pequeño que sea, tiene el mismo derecho a la privacidad que cualquier otra persona.
Y si no tiene la edad suficiente para dar su consentimiento, piensa si le gustaría que publicaras sus fotos o si se avergonzaría de ellas. Si no estás segur@, es mejor abstenerse.
En otras cuestiones, para algunos papás, el hecho de compartir contenido sobre sus hijos se vuelve más un deseo insano por mostrar la imagen de la familia perfecta.
Lo que a su vez provoca un mundo de competencia que seguro ya conoces, en el que la foto de la situación es más importante que el momento mismo.
Aunque no existe una forma 100% segura de compartir la vida de tu hijo en redes sociales, sí hay algunas recomendaciones que puedes implementar para estar lo más protegido posible. Te las compartimos:
1. Aprende a configurar la privacidad de tus perfiles
Además de poner todas tus cuentas en privado, también puedes configurarlas para que sean lo más herméticas posibles. Por lo menos en Facebook puedes ir a los ajustes y elegir que ni siquiera los amigos de tus amigos puedan ver alguna publicación o dato tuyo.
En el caso de WhatsApp, asegúrate de enviar contenido solo a gente que sea de tu total confianza. Y también puedes usar la función en la que las fotos que mandes se puedan ver una sola vez.
2. Revisa tu lista de amigos constantemente
Ya que hayas configurado la privacidad de tus perfiles, aprovecha para checar tu lista de amigos o seguidores. Pregúntate cuántas de esas personas son realmente tus amigos y con cuántas de ellas te sientes cómod@ al mostrar el contenido de tus hijos.
Puede ser muy fácil para alguien que no es realmente tu amigo tomar una captura de pantalla de una foto o video y usarla de una manera inadecuada.
3. Reflexiona un poco antes de subir cualquier cosa
Antes de publicar esa foto de su primer diente o el video donde tu hij@ está bailando la canción de moda, piensa un poco el por qué quieres compartirlo.
¿Realmente es necesario? ¿Es por los likes que te traerá? ¿Es para alimentar tu autoestima? ¿O simplemente te parece adorable? Cualquiera que sea la respuesta, al final te harán darte cuenta si vale la pena subir el contenido o quedártelo para apreciarlo tú mism@.
Es importante apreciar la intimidad y darse cuenta que las redes sociales no son un álbum de fotos familiar.
4. Pregunta a tus hijos si están de acuerdo
Antes de postear algo y si tu hijo o hija es lo suficientemente mayor, lo ideal sería conversar con él o ella y pedirle su consentimiento sobre si sí o no, y cuándo publicar o enviar una imagen o video.
Y aun cuando te den su autorización, piensa dos veces si lo que vas a compartir afectará en un futuro la autoestima o la identidad de tus hijos.
Recuerda que es tu deber protegerlos y esto puede ser una forma más de hacerlo.
5. Elige cuidadosamente el tipo de contenido que vas publicar
Nunca compartas fotografías o videos en los que tus hijos estén desnudos o con poca ropa, como las de recién nacidos, a la hora del baño o en la playa.
Tampoco publiques su nombre completo, ni su localización. Evita además subir contenido con el uniforme de su escuela y si es así, tapa el nombre de la institución.
Si vas a compartir alguna imagen en la que salgan otros niños, pide autorización de sus papás, o bien, pixela las caras de los pequeños. También puedes taparlas con un emoji.
Si te diste cuenta que has compartido información de más sobre tus hijos, puedes hacer lo siguiente:
Finalmente, al igual que con todo lo que se comparte en redes sociales, es importante establecer límites y tener hábitos saludables para tu familia.
Compartir contenido de tus pequeños puede ser muy inofensivo, pero como papá o mamá, siempre debes ponerte en su lugar antes de cualquier cosa, porque es su imagen la que se quedará por siempre en Internet.
FUENTES: