Desde el siglo XI y como resultado de las Cruzadas, los europeos reclamaban ciertos productos a los que ya se habían acostumbrado en su contacto con Oriente, entre ellos estaban las especias utilizadas para condimentar los alimentos y algunas plantas de uso medicinal. La ruta para llevar esos productos a Europa era conocida como la de las especias y partía del Océano Índico hasta llegar al Golfo Pérsico para de ahí trasladarse a Alejandría, Antioquía y Constantinopla hoy Estambul, cuidad que servía de enlace entre Oriente y Occidente y por donde se hacían importantes transacciones comerciales. Cuando Constantinopla cayó en poder de los turcos, por el año de 1453, ya no hubo comunicación entre Europa y Asia por lo que los europeos se vieron en la necesidad urgente de encontrar otras rutas para adquirir esas riquezas comerciales de Oriente.
Aunado a estas necesidades; posteriormente en el siglo XV una serie de acontecimientos habían cambiado la vida en Europa . Los progresos alcanzados sobre todo en el Renacimiento con la brújula, el astrolabio y las carabelas, además de la curiosidad por conocer tierras nuevas, impulsaron al hombre europeo a realizar expediciones cada vez más lejos.
En ese tiempo, se tenia una idea del mundo basada en la imaginación y la religión. Se consideraba que éste era plano o cúbico, poblado por monstruos o con Jerusalén en el centro. Sin embargo paralelamente a esta ideas extraídas de la biblia o de tratados pseudocientíficos, había navegantes portugueses, españoles y mercaderes venecianos que conforme a sus investigaciones y estudios ampliaron ese horizonte de la exploración geográfica.
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El descubrimiento de América
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