En su segunda Luna de Miel, una pareja algo madura llega a las oficinas de inmigración. El guardia revisa los documentos de los interesados, al ver la identificación de la mujer exclama: -¡Muy bien señora!, la felicito, es la primera vez que veo que una dama pone en su credencial un retrato actual. El esposo haciendo segunda a tal declaración menciona: -Ya vez mi vida que no tiene nada de malo negar la edad. Ella, enojada y a punto de estallar aclara al guardia: -Lo que usted está viendo es mi huella digital. |