Llegan dos inditos a un hotel,y como no hay cuarto disponibles, sólo pueden alquilarse dos hamacas. La indita que nunca había visto una hamaca, no se atreve a subirse a ella, y cuando por fin logra hacerlo, con la ayuda de su marido, siente tanto miedo que se pone a rezar: ¡ Ay,Diosito santo,ven conmigo,Virgencita de Chalma,acompáñame, Señor de los Desvalidos, acuéstate conmigo pa´que me protejas! En eso estaba,cuando ¡zazz! se cae al suelo y se da un soberano trancazo. Voltea a mirarla el indito y le dice enojado: Lo ves pendeja, por estar invitando a tanta gente!!! Colaboración de Jorge López Rosas de León, Gto. México. |