01 | Se me dirigió esta palabra de Yavé: |
02 | Hijo de hombre, había dos mujeres, hijas de una misma madre. |
03 | Desde su juventud en Egipto empezaron a prostituirse, metían mano en sus senos y acariciaban su pecho de muchachas. |
04 | La mayor se llamaba Ohola y su hermana Oholiba; eran mías y me dieron hijos e hijas. Ohola es Samaria y Oholiba, Jerusalén. |
05 | Ohola me engañó: ardía de pasión por sus amantes. Eran sus vecinos asirios, |
06 | gobernadores y funcionarios vestidos de púrpura, jóvenes y bien apuestos en sus caballos. |
07 | Con ellos me engañó, con esos asirios de clase alta. Ardía de amor por ellos, y al mismo tiempo se ensuciaba con sus ídolos. |
08 | Pero no se había olvidado de sus prostituciones con los Egipcios sino que seguían acostándose con ella, manoseaban sus senos y abusaban de ella. |
09 | Por eso, la entregué en manos de sus amantes, en manos de los asirios por quienes ardía en amor. |
10 | La desnudaron, tomaron a sus hijos e hijas y los mataron a espada; se hizo famosa entre las mujeres debido al castigo que se le infligió. |
11 | Su hermana Oholiba fue testigo de todo eso, pero sus desvaríos y prostituciones superaron a los de su hermana. |
12 | También ella ardía de pasión por sus vecinos asirios, esos gobernadores y jefes que andaban ricamente vestidos, jóvenes y bien apuestos en sus caballos. |
13 | Vi cómo se ensuciaba, cómo ambas seguían el mismo camino. |
14 | Lo hizo peor aún en su prostitución cuando vio esas imágenes de caldeos pintadas de color rojo, de esos hombres que se veían pintados en los muros, |
15 | con sus fajas en la cintura y grandes turbantes en sus cabezas, esos hombres de aspecto marcial cuyo país natal es Caldea. |
16 | Apenas los vio, se encendió en ella el deseo por ellos: envió mensajeros adonde ellos en Caldea. |
17 | Los hijos de Babilonia vinieron para ensuciarla con sus prostituciones, y la dejaron tan mancillada que su corazón se apartó de ellos. |
18 | Pero como ella se había prostituido y entregado, mi corazón también se apartó de ella como se había ya apartado de su hermana. |
19 | Sí, ella multiplicaba sus prostituciones, revivía su juventud cuando se prostituía en Egipto. |
20 | Ardía en deseo por unos desvergonzados que se calentaban como burros y cuyo sexo era como el de los caballos. |
21 | Sí, Jerusalén, volviste a la degradación de tu juventud, cuando los Egipcios acariciaban tu pecho y pasaban sus manos por tus senos. |
22 | Por eso, Oholiba, esto dice Yavé: Voy a azuzar en contra tuya a tus amantes de los cuales se apartó tu corazón; los reuniré en tu contra de todas partes. |
23 | babilonios y caldeos, los de Pegod, de Soa y de Coa, y con ellos a todos los asirios, jóvenes y hermosos, gobernadores y funcionarios, oficiales famosos y diestros caballeros. |
24 | Una coalición de pueblos vendrán del norte para asaltarte con sus carros y carretas. Se lanzarán contra ti de todas partes con sus escudos, armas y cascos, les encargaré que te juzguen y te juzgarán según sus leyes. |
25 | Daré libre curso a mis celos contigo: te tratarán cruelmente, te cortarán la nariz y las orejas, y lo que quede de tus hijos caerá por la espada. Tomarán a tus hijos y a tus hijas, y los sobrevivientes serán devorados por las llamas. |
26 | Te despojarán de tus vestidos y te quitarán tus joyas; |
27 | así pondré fin a tu mala conducta y a tus prostituciones iniciadas en Egipto. Ya no los mirarás más ni pensarás más en Egipto. |
28 | Esto dice Yavé: Te entregaré en manos de los que tú odias, en manos de aquellos a los que tu corazón ya no quiere. |
29 | En tu odio te maltratarán, se apoderarán de todo el fruto de tu trabajo y te dejarán desnuda y sin nada; no te quedará más que la vergüenza por tus prostituciones, desvaríos y mala conducta. |
30 | Todo eso te pasará porque te prostituiste con las naciones y con sus sucios ídolos. |
31 | Ya que seguiste el camino de tu hermana, pondré también en tu mano su copa. |
32 | Esto dice Yavé: Beberás la copa de tu hermana, una copa ancha y honda, de gran capacidad. |
33 | Quedarás saturada de embriaguez y de angustia porque la copa de tu hermana sólo contiene desolaciones. |
34 | La tomarás hasta la última gota, te tragarás hasta los vidrios; yo lo he dicho, palabra de Yavé. |
35 | Y esta es una palabra de Yavé: "Ya que tú me olvidaste y te apartaste de mí, cargarás con el peso de tu vergüenza y de tus prostituciones". |
36 | Yavé me dijo de nuevo: Hijo de hombre, ¿no quieres juzgar a Ohola y a Oholiba y echarles en cara sus crímenes? |
37 | Han sido adúlteras, sus manos están llenas de sangre, cometieron adulterio con sus innumerables ídolos, hicieron pasar por el fuego a los hijos que me habían dado a luz. |
38 | Al mismo tiempo que se comportaban así, se dedicaban a manchar mi Templo y profanaban mis sábados, |
39 | inmolaban sus hijos a los ídolos y venían a profanar mi Templo. Eso hicieron en mi casa. |
40 | Mandaste venir hombres de tierras lejanas, les enviaste mensajeros y éstos vinieron. Para ellos te bañaste, te maquillaste los ojos y te pusiste tus joyas. |
41 | Luego te reclinaste sobre una cama lujosa; delante de ella pusieron una mesa y allí depositaste mi incienso y mi aceite. |
42 | Se oía el ruido como de una muchedumbre enfiestada a la que se habían juntado hombres venidos del desierto; éstos colocaban brazaletes en las manos de las mujeres y espléndidas coronas en sus cabezas. |
43 | Entonces dije de esa ciudad carcomida por el vicio: ¡Qué prostituta! |
44 | Van a su casa como quien va a un prostíbulo.? Y así en efecto iban a casa de Ohola y de Oholiba para hacer el mal. |
45 | Actuaron con justicia los que les aplicaron la sentencia que conviene a las mujeres adúlteras, la condenación reservada a las que derraman sangre. ¡Porque realmente son adúlteras y tienen sangre en sus manos! |
46 | Sí, esto dice Yavé: Convoquen la asamblea, condénenlas al terror y al pillaje. |
47 | La asamblea las lapidará y las herirán con la espada, matarán a sus hijos y a sus hijas y quemarán sus casas. |
48 | Así, pondré término a la degradación en el país; eso servirá de lección a todas las mujeres, para que no cometan las mismas faltas. |
49 | Haré que tu perdición recaiga sobre ti y cargarás con el peso de los pecados cometidos con tus ídolos: entonces sabrás que yo soy Yavé.» |