01 | Me llegó una palabra de Yavé: |
02 | «Hijo de hombre, pronuncia una lamentación referente a Tiro: |
03 | Le dirás a Tiro, la ciudad instalada a la salida de los mares, el gran mercado de los pueblos y de las innumerables islas, palabra de Yavé..! ¿No decías tú, Tiro: Soy perfectamente bella? |
04 | Tus fronteras estaban en alta mar y tus fundadores quisieron que fueras muy hermosa. |
05 | De los cipreses de Senir sacaron las planchas de tu casco, de un cedro del Líbano, tu mástil, y de las |
06 | encinas de Basán, tus remos; tu puente era de cedro de las islas de Quitim, con incrustaciones de marfil. |
07 | Tus velas eran de lino de Egipto, y de lo mismo tu pabellón. Tus tinturas de púrpura y de escarlata venían de las islas de Elisha. |
08 | Los habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros, pero los pilotos eran tus peritos; |
09 | los ancianos de Guebal ( ) reparaban tus averías ( ). |
10 | Gente de Persia, de Lud y de Put, llevando casco y escudo, formaban tus tropas y eran tu orgullo. |
11 | Los hijos de Arvad a tu servicio custodiaban tus fortificaciones; los guemadianos hacían guardia en tus torres, sus escudos colgando de tus muros te daban color. |
12 | Tarsis te surtía de todo: a cambio de plata, hierro, estaño y plomo recibía tus mercaderías. |
13 | Yaván, Tubal y Mesac adquirían tus mercaderías a cambio de esclavos y objetos de bronce. |
14 | De Bet-Togorma venían los caballos para los carros y la caballería, y también las mulas. |
15 | Los hijos de Dan comerciaban contigo; las islas populosas estaban bajo tu control y te pagaban con colmillos de marfil y madera de ébano. |
16 | Edom pagaba tus numerosos productos con joyas, púrpura, telas finas, piedras preciosas, coral y rubíes. |
17 | Judá y la tierra de Israel te proporcionaban trigo de Minita, cera, aceite, perfume a cambio de tus mercaderías. |
18 | Damasco se aprovisionaba en ti, porque tenías de todo; te proveía de vino de Helbón y lana de Sadad. |
19 | La gente de Uzal llevaba a tus mercados hierro forjado, canela y caña. |
20 | Dedán te vendía cobertores para los camellos. |
21 | Hasta Arabia y los príncipes de Cedar se proveían en ti; te pagaban con corderos, carneros y chivos. |
22 | Los mercaderes de Cheba y de Rama te traían bálsamos finos, piedras preciosas y oro. |
23 | Harán, Cane y Edén, los mercaderes de Cheba y los asirios, como también los de Media, |
24 | venían a comerciar contigo: ricas vestimentas, mantos de púrpura, telas bordadas y tapices de colores, cuerdas bien trenzadas. |
25 | Los barcos de Tarsis aseguraban tu comercio.» Partiste para ultramar, repleta, cargada hasta el tope, |
26 | tus remeros te llevaron a alta mar, y luego, en medio del mar, el viento del este te hizo volcar. |
27 | Y se hunden, en lo profundo del mar, tus riquezas, tus mercaderías y todo lo que transportas: marinos y marineros, carpinteros de a bordo, comerciantes, hombres de guerra y pasajeros: ¡es un naufragio! |
28 | Los gritos de tus marineros han llegado hasta la costa. |
29 | Todos los remeros se bajan de sus embarcaciones y los marinos se quedan en tierra. |
30 | No conversan más que de ti y lanzan gritos, se echan tierra en sus cabezas y se revuelcan en la ceniza. |
31 | Por ti se rapan la cabeza y se visten de sacos; muy afligidos, dejarán oír sus lamentos, una amarga lamentación. 32 Para ti han compuesto un canto fúnebre, y se lamentan: "¿Quién era igual a Tiro en medio de los mares?" |
32 | Entonarán una lamentación entre gemidos, se lamentarán por ti, diciendo: "¿Quién era igual a Tiro en medio de los mares? |
33 | Desembarcabas tus mercaderías y todos los pueblos se surtían. Tú y tus mercaderías hacían ricos a los reyes de la tierra. |
34 | Pero el mar te dio vuelta, te fuiste al fondo del mar; tu carga y todo tu mundo desaparecieron contigo. |
35 | Los habitantes de todas las islas están muy consternados, los reyes tiritan, su rostro se descompone. |
36 | Por doquier en el mundo entero, los mercaderes silban cuando hablan de ti, te has convertido en un ejemplo, no te verán más.» |