01 | Yavé, tú eres mi Dios, yo te saludo y celebro tu Nombre, pues hiciste maravillas, obras que venían desde mucho antes, que no podían faltar. |
02 | Has hecho de la ciudad un montón de escombros, y de la fortaleza una ruina; el bastión de los extranjeros ya no es una ciudad, y nadie la reconstruirá. |
03 | Por eso, te proclama un pueblo poderoso, y la ciudad respetada por las naciones te teme. |
04 | Tú has sido un refugio para el despreciado, una ayuda para el pobre en su miseria; te hiciese abrigo contra la lluvia, y sombra para el calor. El aliento de los tiranos es como la lluvia helada |
05 | o como el ardor del sol en el desierto; pero tú rebajas la arrogancia de los extranjeros como el calor del sol, y haces callar el canto de los tiranos. La cena de los justos |
06 | Yavé de los Ejércitos está preparando para todos los pueblos, en este cerro, una comida con jugosos asados y buenos vinos, un banquete de carne y vinos escogidos. |
07 | En este cerro quitará el velo de luto que cubría a todos los pueblos y la mortaja que envolvía a todas las naciones. |
08 | Y destruirá para siempre a la Muerte. El Señor Yavé enjugará las lágrimas de todos los rostros; devolverá la honra a su pueblo, y a toda la tierra, pues así lo ha dicho Yavé. |
09 | Entonces dirán: «Este es, en verdad, nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; éste es Yavé, en quien confiábamos. Ahora estamos contentos y nos alegramos porque nos ha salvado; |
10 | pues la mano de Yavé se nota en este cerro.» Moab, en cambio, será pisoteado como se pisotea la paja en un montón de guano, |
11 | y desde allí levantará sus brazos como los extiende el nadador para nadar. Pero Yavé aplastará su soberbia a pesar de sus esfuerzos. |
12 | Tus seguras y elevadas torres, las destruirá, las demolerá y las echará abajo. |