01 | En ese día cantarán de esta manera en el país de Judá: Tenemos ahora una ciudad amurallada; El ha construido para defendernos no una, sino dos murallas. |
02 | Abran las puertas para que entre la gente buena, que cumple fielmente |
03 | y se queda firme. Tú la guardas en paz porque confía en ti. |
04 | No duden nunca de Yavé, pues Yavé es la Roca para siempre. |
05 | El doblegó a los que vivían en las alturas, en la ciudadela de la cual nadie podía apoderarse; la derribó, la demolió y la redujo a escombros. |
06 | Ahora es pisoteada, pasan sobre ella los pies de los humildes y de los pobres. Salmo de esperanza |
07 | El camino del justo es siempre derecho, tú le allanas el camino recto. |
08 | ¡Ah, Yavé! , tú sabes que sólo buscamos el camino de tus preceptos. Tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma. |
09 | Mi alma te desea por la noche y mi espíritu se despierta en mí desde la mañana. Cuando a la tierra le llegan tus juicios, los habitantes del mundo aprenden a ser justos. |
10 | Pues si se perdona al malvado, no aprende la justicia y sigue haciendo el mal en la tierra del derecho, pues no teme la majestad de Yavé. |
11 | ¿Hasta cuándo los estarás amenazando sin que comprendan? Haz que vean, para vergüenza suya, que cuidas de tu pueblo; ¡que tu furor, cual fuego, devore a tus enemigos! |
12 | Yavé, dígnate darnos la paz, pues, sólo tú llevas a feliz término lo que hacemos nosotros. |
13 | Oh Yavé, nuestro Dios, otros señores, fuera de ti, nos han dominado, mas no recordaremos otro nombre que el tuyo, a ti solo conocemos. |
14 | Los muertos no volverán, y sus sombras no se levantarán, pues los has juzgado y los hiciste morir; has borrado hasta el recuerdo de su nombre. |
15 | Yavé, has hecho crecer tu nación, ensanchaste nuestro país y, mientras más crecía, te hacías más famoso. |
16 | Yavé, en la angustia te buscábamos; vivíamos bajo la opresión y tu castigo nos apretaba. |
17 | Como la mujer sufre al dar a luz, se retuerce y grita en sus dolores, así estuvimos ante ti, Yavé. |
18 | Hemos concebido, tuvimos dolores como si diéramos a luz, pero ¡puro aire! ; no hemos traído al país la salvación, y no se ven los pioneros de un mundo nuevo. |
19 | ¡Tus muertos revivirán, y sus cadáveres resucitarán! Despierten y den gritos de júbilo todos ustedes, que yacen en el polvo. Que baje tu rocío, Señor, rocío de luz, y la tierra nos devolverá a los muertos. |
20 | Entra, pueblo mío, en tus habitaciones y cierra las puertas tras de ti; escóndete un momento hasta que pase la cólera. |
21 | Porque Yavé está saliendo de su morada para castigar la maldad de los habitantes de la tierra. La tierra dejará ver la sangre derramada y no esconderá más a los que fueron degollados. |