01 | Sí, todo esto lo vi con mis propios ojos, lo escuché con mis oídos y lo entendí, |
02 | Lo que ustedes saben, lo sé yo también: no estoy por debajo de ustedes. |
03 | Pero yo quiero hablarle al Todopoderoso, mi deseo es discutir con Dios. |
04 | ¡Ustedes lo encubren todo con sus mentiras, médicos inútiles son todos ustedes! |
05 | ¡Si se callaran de una vez, darían una prueba de sabiduría! |
06 | Escuchen, entonces, mi defensa; presten atención a mi querella. |
07 | ¿Es por Dios que ustedes hablan falsamente y para favorecerlo apelan al engaño? |
08 | ¿Se muestran parciales en atención a él y pretenden ser los abogados de Dios? |
09 | ¿Eso los beneficiará cuando él los examine? ¿Jugarán con él como se juega con un hombre? |
10 | No, él será el primero en acusarlos si toman partido solapadamente. |
11 | ¿Acaso no los espantará su majestad, y su terror no se abatirá sobre ustedes? |
12 | Las que ustedes alegan son sentencias de ceniza, sus respuestas son de barro. |
13 | Dejen de hablarme, soy yo el que hablaré, ¡no importa lo que me pueda pasar! |
14 | Arriesgaré el todo por el todo y pondré en peligro mi vida. |
15 | ¡Que él me mate! Ya no tengo esperanza, sólo quiero defender mi conducta ante él. |
16 | Y esto mismo será un triunfo para mí, porque ningún impío puede comparecer ante él. |
17 | Oigan, oigan bien mis palabras, que mis declaraciones lleguen a sus oídos. |
18 | Estoy preparado para el juicio, yo sé que la razón estará de mi par. |
19 | ¿Hay alguien que me pueda incriminar? Entonces aceptaría quedarme callado y expirar. |
20 | Concédeme dos cosas solamente, y así no me ocultaré de tu presencia: |
21 | aparte de mí la palma de tu mano y que tu terror no me atemorice. |
22 | Luego llámame, y yo te responderé, o hablaré yo, y tú me responderás. |
23 | ¿Cuántas son mis culpas y mis pecados? Dame a conocer mi rebeldía y mi pecado. |
24 | ¿Por qué ocultas tu rostro y me consideras tu enemigo? |
25 | ¿Quieres atemorizar a una hoja llevado por el viento? ¿Vas a perseguir a una paja reseca? |
26 | ¡Tú me dictas contra mí sentencias amargas y me imputas las culpas de mi juventud, |
27 | tú que pones mis pies en el cepo, tú que vigilas todos mis senderos y cercas las plantas de mis pies! |
28 | Así este hombre se deshace como madera carcomida, como ropa devorada por la polilla. |