01 | ¡Se me ha agotado el aliento, se han extinguido mis días, sólo me queda el sepulcro! |
02 | ¿No soy acaso el blanco de las burlas y no me desvelan sus provocaciones? |
03 | Deposita junto a ti una fianza a mi favor: si no, ¿quién estrechará mi mano? |
04 | Tú cerraste su corazón al discernimiento; por eso, no los dejarás triunfar. |
05 | ¡Se anuncia el reparto a los amigos, mientras los ojos de los hijos desfallecen! |
06 | Me has convertido en burla de la gente, soy como alguien a quien se escupe en la cara. |
07 | Mis ojos se debilitan por la tristeza y todos mis miembros son como la sombra. |
08 | Los hombres rectos quedan consternados por esto, y el inocente se indigna contra el impío. |
09 | Pero el justo se afianza en su camino y el de manos puras redobla su energía. |
10 | ¡Vengan todos ustedes, vengan otra vez: no encontraré un solo sabio entre ustedes! |
11 | Han pasado mis días, se han deshecho mis planes y las aspiraciones de mi corazón. |
12 | Ellos cambian la noche en día: «La luz, dicen, está cerca de las tinieblas». |
13 | ¿Qué puedo esperar? El Abismo es mi morada, en las tinieblas extendí mi lecho. |
14 | Yo grito a la Fosa: «¡Tú eres mi padre!», y los gusanos: «¡Mi madre y mis hermanos!». |
15 | ¿Dónde está entonces mi esperanza? Y mi felicidad, ¿quién la verá? |
16 | ¿Bajarán conmigo al Abismo? ¿Nos hundiremos juntos en el polvo? |