01 | Job respondió, diciendo: |
02 | ¡Oigan, oigan bien mis palabras, concédanme al menos este consuelo! |
03 | Tengan paciencia mientras hablo yo, y una vez que haya hablado, se podrán burlar. |
04 | ¿Acaso yo me quejo de un hombre o no tengo motivo para estar indignado? |
05 | Vuélvanse a mí, y quedarán consternados, se pondrán la mano sobre la boca. |
06 | Cuando me acuerdo, yo mismo me horrorizo y todo mi cuerpo se estremece. |
07 | ¿Cómo es posible que vivan los malvados, y que aun siendo viejos, se acreciente su fuerza? |
08 | Su descendencia se afianza ante ellos, sus vástagos crecen delante de sus ojos. |
09 | Sus casas están en paz, libres de temor, y no los alcanza la vara de Dios. |
10 | Su toro fecunda sin fallar nunca, su vaca tiene cría sin abortar jamás. |
11 | Hacen correr a sus niños como ovejas, sus hijos pequeños saltan de alegría. |
12 | Entonan canciones con el tambor y la cítara y se divierten al son de la flauta. |
13 | Acaban felizmente sus días y descienden en paz al Abismo. |
14 | Y ellos decían a Dios: «¡Apártate de nosotros, no nos importa conocer tus caminos! |
15 | ¿Qué es el Todopoderoso para que lo sirvamos y qué ganamos con suplicarle?». |
16 | ¿No tienen la felicidad en sus manos? ¿No está lejos de Dios el designio de los malvados? |
17 | ¿Cuántas veces se extingue su lámpara y la ruina se abate sobre ellos? ¿Cuántas veces en su ira él les da su merecido, |
18 | y ellos son como paja delante del viento, como rastrojo que se lleva el huracán? |
19 | ¿Reservará Dios el castigo para sus hijos? ¡Que lo castigue a él, que él lo sienta! |
20 | ¡Que sus propios ojos vean su fracaso, que beba el furor del Todopoderoso! |
21 | ¿Qué le importará de su casa después de él, cuando se haya cortado el número de sus meses? |
22 | Pero ¿puede enseñarse la sabiduría a Dios, a él, que juzga a los seres más elevados? |
23 | Uno muere en la plenitud de su vigor, enteramente feliz y tranquilo, |
24 | con sus caderas repletas de grasa y la médula de sus huesos bien jugosa. |
25 | Otro muere con el alma amargada, sin haber gustado la felicidad. |
26 | Después, uno y otro yacen juntos en el polvo y los recubren los gusanos. |
27 | ¡Sí, yo sé lo que ustedes piensan, los razonamientos que alegan contra mí! |
28 | «¿Dónde está, dicen ustedes, la casa del potentado y la carpa en que habitaban los malvados?». |
29 | Pero ¿no han preguntado a los que pasan por el camino? ¿No han advertido, por las señales que dan, |
30 | que el impío es preservado en el día de la ruina y es puesto a salvo en el día del furor? |
31 | ¿Quién le devuelve el mal que hizo? |
32 | Es llevado al cementerio, y una lápida monta guardia sobre él. |
33 | Son dulces para él los terrones del valle; todo el mundo desfila detrás de él, y ante él, una multitud innumerable. |
34 | ¡Qué inútil es el consuelo que me ofrecen! Sus respuestas son puras falacias. |