01 | ¿No es una servidumbre la vida del hombre sobre la tierra? ¿No son sus jornadas las de un asalariado? |
02 | ¿Como un esclavo que suspira por la sombra, como un asalariado que espera su jornal, |
03 | así me han tocado en herencia meses vacíos, me han sido asignadas noches de dolor. |
04 | Al acostarme, pienso: «¿Cuándo me levantaré?». Pero la noche se hace muy larga y soy presa de la inquietud hasta la aurora. |
05 | Gusanos y costras polvorientas cubren mi carne, mi piel se agrieta y supura. |
06 | Mis días corrieron más veloces que una lanzadera: al terminarse el hilo, llegaron a su fin. |
07 | Recuerda que mi vida es un soplo y que mis ojos no verán más la felicidad. |
08 | El ojo que ahora me mira, ya no me verá; me buscará tu mirada, pero ya no existiré. |
09 | Una nube se disipa y desaparece: así el que baja al Abismo no sube más. |
10 | No regresa otra vez a su casa ni el lugar donde estaba lo vuelve a ver. |
11 | Por eso, no voy a refrenar mi lengua: hablaré con toda la angustia de mi espíritu, me quejaré con amargura en el alma. |
12 | ¿Acaso yo soy el Mar o el Dragón marino para que dispongas una guardia contra mí? |
13 | Cuando pienso: «Mi lecho me consolará, mi cama compartirá mis quejidos», |
14 | entonces tú me horrorizas con sueños y me sobresaltas con visiones. |
15 | ¡Más me valdría ser estrangulado, prefiero la muerte a estos huesos despreciables! |
16 | Yo no viviré eternamente: déjame solo, porque mis días son un soplo. |
17 | ¿Qué es el hombre para que lo tengas tan en cuenta y fijes en él tu atención, |
18 | visitándolo cada mañana y examinándolo a cada instante? |
19 | ¿Cuándo dejarás de mirarme? ¿No me darás tregua ni para tragar saliva? |
20 | Si pequé, ¿qué daño te hice, a ti, guardián de los hombres? ¿Por qué me has tomado como blanco y me he convertido en una carga para ti? |
21 | ¿Por qué no perdonas mis ofensas y pasas por alto mis culpas? ¡Mira que muy pronto me acostaré en el polvo, me buscarás, y ya no existiré! |