| Jesús, con un grito, exclamó: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Y diciendo esto, expiró. (Lc 23, 46)Al momento de rezar el Padre Nuestro, recuerda lo que acabas de presenciar en la consagración, la entrega de Jesús para reconciliarnos con Papá Dios y que podamos nosotros acercarnos a Él con esta oración. | |