01 | Por mi parte, no pude hablarles como a hombres espirituales, sino como a hombres carnales, como a quienes todavía son niños en Cristo. |
02 | Los alimenté con leche y no con alimento sólido, porque aún no podían tolerarlo, como tampoco ahora, |
03 | ya que siguen siendo carnales. Los celos y discordias que hay entre ustedes, ¿no prueban acaso, que todavía son carnales y se comportan de una manera puramente humana? |
04 | Cuando uno dice: «Yo soy de Pablo», y el otro: «Yo de Apolo», ¿acaso no están procediendo como lo haría cualquier hombre? |
05 | Después de todo, ¿quién es Apolo, quién es Pablo? Simples servidores, por medio de los cuales ustedes han creído, y cada uno de ellos lo es según lo que ha recibido del Señor. |
06 | Yo planté y Apolo regó, pero el que ha hecho crecer es Dios. |
07 | Ni el que planta ni el que riega valen algo, sino Dios, que hace crecer. |
08 | No hay ninguna diferencia entre el que planta y el que riega; sin embargo, cada uno recibirá su salario de acuerdo con el trabajo que haya realizado. |
09 | Porque nosotros somos cooperadores de Dios, y ustedes son el campo de Dios, el edificio de Dios. |
10 | Según la gracia que Dios me ha dado, yo puse los cimientos como lo hace un buen arquitecto, y otro edifica encima. Que cada cual se fije bien de qué manera construye. |
11 | El fundamento ya está puesto y nadie puede poner otro, porque el fundamento es Jesucristo. |
12 | Sobre él se puede edificar con oro, plata, piedras preciosas, madera, pasto o paja: |
13 | la obra de cada uno aparecerá tal como es, porque el día del Juicio, que se revelará por medio del fuego, la pondrá de manifiesto; y el fuego probará la calidad de la obra de cada uno. |
14 | Si la obra construida sobre el fundamento resiste la prueba, el que la hizo recibirá la recompensa; |
15 | si la obra es consumida, se perderá. Sin embargo, su autor se salvará, como quien se libra del fuego. |
16 | ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? |
17 | Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo. |
18 | ¡Que nadie se engañe! Si alguno de ustedes se tiene por sabio en este mundo, que se haga insensato para ser realmente sabio. |
19 | Porque la sabiduría de este mundo es locura delante de Dios. En efecto, dice la Escritura: Él sorprende a los sabios en su propia astucia, |
20 | y además: El Señor conoce los razonamientos de los sabios y sabe que son vanos. |
21 | En consecuencia, que nadie se gloríe en los hombres, porque todo les pertenece a ustedes: |
22 | Pablo, Apolo o Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente o el futuro. Todo es de ustedes, |
23 | pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios. |