01 | No te gloríes del día de mañana, porque no sabes lo que depara cada día. |
02 | Que te alabe otro, no tu boca, que sea un extraño, no tus propios labios. |
03 | Pesada es la piedra y también la arena, pero más pesado aún es el despecho de un necio. |
04 | Cruel es el furor, agua desbordada la ira, pero ¿quién resistirá a los celos? |
05 | Más vale una reprensión abierta que un cariño disimulado. |
06 | Leal es la herida que inflige el amigo, engañosa los besos del enemigo. |
07 | El hombre satisfecho pisotea un panal de miel, para el hambriento, hasta lo amargo es dulce. |
08 | Como pájaro que anda lejos de su nido, así es el hombre que anda lejos de su hogar. |
09 | El aceite perfumado alegra el corazón, y la dulzura de un amigo, más que el propio consejo. |
10 | No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre, ni acudas a tu hermano en el día del infortunio: más vale vecino cerca que hermano lejos. |
11 | Sé sabio, hijo mío, alegra mi corazón, y podré replicar al que me denigra. |
12 | El hombre precavido ve el mal y se esconde, los incautos siguen adelante y la pagan. |
13 | Toma su ropa, porque salió fiador de otro, tómalo a él como prenda, porque dio su aval a gente extraña. |
14 | Saludar al prójimo en alta voz, de madrugada, es tenido en cuenta como una maldición. |
15 | Gotera incesante en día de lluvia y mujer pendenciera, se asemejan: |
16 | querer frenarla es como frenar el viento o recoger aceite con la mano. |
17 | El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el prójimo. |
18 | El que cuida una higuera comerá de su fruto y el que respeta a su patrón recibirá honores. |
19 | Como el rostro se refleja en el agua, así el hombre se mira a sí mismo en los demás. |
20 | El Abismo y la Perdición son insaciables, e insaciables son también los ojos del hombre. |
21 | Hay un crisol para la plata y un horno para el oro, pero el hombre es apreciado por su reputación. |
22 | Aunque machaques al necio en un mortero, entre los granos, con un pisón, su necedad no se apartará de él. |
23 | Conoce bien el estado de tus ovejas, presta mucha atención a tus rebaños, |
24 | porque la riqueza no dura para siempre ni una diadema indefinidamente. |
25 | Una vez cortada la hierba, aparecido el renuevo y apilado el heno de las montañas, |
26 | ten corderos para vestirte, chivos para pagar el precio de un campo, |
27 | y bastante leche de cabra para alimentarte, para mantener a tu familia y para que vivan tus servidoras. |