01 | Hijo mío, no olvides mi enseñanza, y que tu corazón observe mis mandamientos, |
02 | porque ellos te aportarán largos días, años de vida y prosperidad. |
03 | Que nunca te abandonen la buena fe y la lealtad: átalas a tu cuello, escríbelas sobre la tabla de tu corazón, |
04 | y encontrarás favor y aprobación a los ojos de Dios y de los hombres. |
05 | Confía en el Señor de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia; |
06 | reconócelo a él en todos tus caminos y él allanará tus senderos. |
07 | No seas sabio a tus propios ojos, teme al Señor y apártate del mal: |
08 | eso será un remedio para tu carne y savia para tus huesos. |
09 | Honra al Señor con tus bienes y con las primicias de todas tus ganancias: |
10 | así tus graneros se llenarán de trigo y tus lagares desbordarán de vino nuevo. |
11 | No desprecies, hijo mío, la corrección del Señor, ni te disgustes cuando él te reprende, |
12 | porque el Señor reprende a los que ama como un padre a su hijo muy querido. |
13 | ¡Feliz el hombre que encontró la sabiduría y el que obtiene la inteligencia, |
14 | porque ganarla vale más que la plata y ella rinde más que el oro fino! |
15 | Es más preciosa que las perlas y nada apetecible se le puede igualar. |
16 | En su mano derecha hay larga vida, y en su izquierda, riqueza y gloria. |
17 | Sus caminos son caminos deliciosos y todos sus senderos son apacibles. |
18 | Es un árbol de vida para los que se aferran a ella y los que la retienen son felices. |
19 | Por la sabiduría, el Señor fundó la tierra, por la inteligencia, afianzó los cielos; |
20 | por su ciencia brotaron los océanos y las nubes destilan el rocío. |
21 | Conserva, hijo mío, la prudencia y la reflexión; que ellas no se aparten de tus ojos. |
22 | Ellas serán vida para tu alma y gracia para tu cuello. |
23 | Entonces irás seguro por el camino y tu pie no tropezará. |
24 | Si te acuestas, no temblarás, y una vez acostado, tu sueño será agradable. |
25 | No temerás ningún sobresalto ni a los malvados que llegan como una tormenta. |
26 | Porque el Señor será tu seguridad y preservará tu pie de la trampa. |
27 | No niegues un beneficio al que lo necesite, siempre que esté en tus manos hacerlo. |
28 | No digas a tu prójimo: "Vuelve después, mañana te daré", si tienes con qué ayudarlo. |
29 | No trames el mal contra tu prójimo, mientras vive confiado junto a ti. |
30 | No litigues con un hombre sin motivo, si no te ha causado ningún mal. |
31 | No envidies al hombre violento ni elijas ninguno de sus caminos. |
32 | Porque el hombre perverso es abominable para el Señor, y él reserva su intimidad para los rectos. |
33 | La maldición del Señor está en la casa del malvado, pero él bendice la morada de los justos. |
34 | Él se burla de los insolentes y concede su favor a los humildes. |
35 | Los sabios heredarán la gloria, pero los necios cargarán con la ignominia. |