01 | Salmo de David. Yo te invoco, Señor, ven pronto en mi ayuda; escucha mi voz cuando te llamo; |
02 | que mi oración suba hasta ti como el incienso, y mis manos en alto, como la ofrenda de la tarde, |
03 | Coloca, Señor, un guardián en mi boca y un centinela a la puerta de mis labios; |
04 | no dejes que mi corazón se incline a la maldad, o a cometer delitos con hombres perversos.¡No, nunca gustaré de sus manjares! |
05 | Que el justo me golpee como amigo y me corrija, pero que el óleo del malvado no perfume mi cabeza: yo seguiré oponiendo mi oración a sus maldades. |
06 | Sus príncipes cayeron despeñados, esos que se complacían en oírme decir: |
07 | «Como una piedra de molino hecha pedazos están esparcidos nuestros hueso sante las fauces del Abismo». |
08 | Pero mis ojos, Señor, fijos en ti: en ti confío, no me dejes indefenso. |
09 | Protégeme del lazo que me han tendido y de las trampas de los que hacen el mal. |
10 | ¡Caigan los malvados en sus propias redes, mientras yo paso sin hacerme daño! |