01 | De David. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? |
02 | Cuando me asaltan los malvados para devorar mi carne, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen. |
03 | Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. |
04 | Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. |
05 | Él me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca; |
06 | y así levantaré la cabeza sobre el enemigo que me cerca; en su tienda sacrificaré sacrificios de aclamación: cantaré y tocaré para el Señor. |
07 | Escúchame, Señor, que te llamo; ten piedad, respóndeme. |
08 | Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor, |
09 | no me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación. |
10 | Si mi padre y mi madre me abandonan, el Señor me recogerá. |
11 | Señor, enséñame tu camino, guíame por la senda llana, porque tengo enemigos. |
12 | No me entregues a la saña de mi adversario, porque se levantan contra mí testigos falsos, que respiran violencia. |
13 | Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. |
14 | Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. |