01 | Del maestro de coro. Para la enfermedad. Poema de David. |
02 | El necio se dice a sí mismo: «No hay Dios». Todos están pervertidos, hacen cosas abominables, nadie practica el bien. |
03 | Dios observa desde el cielo a los seres humanos, para ver si hay alguien que sea sensato, alguien que busque a Dios. |
04 | Todos están extraviados, igualmente corrompidos; nadie practica el bien, ni siquiera uno solo. |
05 | ¿Nunca aprenderán los malvados, los que devoran a mi pueblo como si fuera pan, y no invocan al Señor? |
06 | Ellos temblaron de espanto donde no había nada que temer; Dios ha dispersado los huesos de tus agresores: tú los has confundido, porque Dios los rechazó. |
07 | ¡Ojalá venga desde Sión la salvación de Israel! Cuando el Señor cambie la suerte de su pueblo, se alegrará Jacob, se regocijará Israel. |