01 | Salmo de Asaf.¡Qué bueno es Dios para Israel, para los limpios de corazón! |
02 | Pero casi se desvían mis pasos, faltó poco para que diera un traspié, |
03 | porque tuve envidia de los presuntuosos, al ver la prosperidad de los malvados. |
04 | Para ellos no hay sufrimientos, su cuerpo está sano y robusto; |
05 | no comparten las penas de los hombres ni son golpeados como los demás. |
06 | Por eso, el orgullo es su collar y la violencia, el manto que los cubre; |
07 | la malicia se les sale por los poros, su corazón rebosa de malos propósitos. |
08 | Se burlan y hablan con maldad; desde lo alto, amenazan con prepotencia; |
09 | su boca se insolenta contra el cielo y su lengua se pasea por la tierra. |
10 | Por eso, el pueblo de Dios se vuelve hacia ellos, y beben el agua a raudales. |
11 | Ellos dicen: «¿Acaso Dios lo va a saber? ¿Se va a enterar el Altísimo?» |
12 | Así son esos malvados y, siempre tranquilos, acrecientan sus riquezas. |
13 | Entonces, ¿en vano mantuve puro mi corazón y lavé mis manos en señal de inocencia? |
14 | Porque yo era golpeado todo el día y cada mañana soportaba mi castigo. |
15 | Si hubiera dicho: «Voy a hablar como ellos», habría traicionado al linaje de tus hijos. |
16 | Yo reflexionaba, tratando de entenderlo, pero me resultaba demasiado difícil. |
17 | ¡Hasta que entré en el Santuario de Dios y comprendí el fin que les espera! |
18 | Sí, tú los pones en un terreno resbaladizo y los precipitas en la ruina. |
19 | ¡Qué pronto quedan devastados y acaban consumidos por el horror! |
20 | Son como un sueño al despertar, Señor; al levantarte, disipas hasta su imagen. |
21 | Cuando se agriaba mi corazón y me torturaba en mi interior, |
22 | yo era un necio y no comprendía, era como un animal ante ti. |
23 | Pero yo estoy siempre contigo, tú me has tomado de la mano derecha; |
24 | me guiarás con tu consejo y después, me recibirás con gloria. |
25 | ¿A quién sino a ti tengo yo en el cielo? Si estoy contigo, no deseo nada en la tierra. |
26 | Aunque mi corazón y mi carne se consuman, Dios es mi herencia para siempre y la Roca de mi corazón. |
27 | Los que se apartan de ti terminan mal, tú destruyes a los que te son infieles. |
28 | Mi dicha es estar cerca de Dios: yo he puesto mi refugio en ti, Señor, para proclamar todas tus acciones. |