01 | Vivían en Samaría setenta hijos de Ajab. Jehú escribió unas cartas y las envió a Samaría. Mandaba decir a los jefes de la ciudad, a los ancianos y a los que educaban a los hijos de Ajab: |
02 | «Ustedes tienen a los hijos de su amo, carros y caballos; su ciudad está fortificada y ustedes tienen armas. Pues bien, cuando reciban esta carta, |
03 | elijan al mejor y más valiente de los hijos de su amo, instálenlo en el trono de su padre y prepárense para luchar por la casa de su amo». |
04 | Quedaron aterrorizados y se dijeron: «Si dos reyes no fueron capaces de hacerle frente, ¿cómo podremos hacerlo nosotros?» |
05 | El mayordomo del palacio, el gobernador de la ciudad, los ancianos y los que educaban a los hijos del rey dieron a Jehú esta respuesta: «Somos tus servidores y haremos todo lo que nos pidas. No proclamaremos rey. Haz lo que mejor te parezca». |
06 | Jehú les escribió entonces una segunda carta en la que les decía: «Si están conmigo y si están dispuestos a servirme, tomen las cabezas de los hijos de su amo y vengan a verme mañana, a la misma hora, en Yizreel». Los hijos de los reyes eran setenta y eran educados por los nobles de la ciudad. |
07 | En cuanto recibieron la carta, apresaron a los hijos del rey, degollaron a los setenta, pusieron sus cabezas en unos canastos y se las enviaron a Yizreel. |
08 | Llegó un mensajero a avisarle a Jehú: «¡Acaban de traer las cabezas de los hijos del rey!» Jehú respondió: «Hagan con ellas dos montones a la entrada de la puerta de la ciudad hasta mañana». |
09 | A la mañana siguiente Jehú salió y se presentó ante el pueblo, diciéndole: «Ustedes no han cometido delito alguno, mientras que yo conspiré contra mi señor y le di muerte... Pero, ¿quién dio muerte a todos éstos? |
10 | Vean como ninguna de las palabras que pronunció Yavé contra la casa de Ajab ha quedado sin cumplirse. Yavé llevó a cabo todo lo que había anunciado por boca de su servidor Elías». |
11 | Jehú dio muerte a todos los que aún estaban vivos de la casa de Ajab en Yizreel: a sus consejeros, sirvientes, sacerdotes; no dejó a nadie con vida. |
12 | Después se encaminó Jehú a Samaría. Cuando llegó a Bet-Equed-de los Pastores, |
13 | se encontró con los hermanos de Ocozías, rey de Judá. Les preguntó: «¿Quiénes son ustedes?» Respondieron: «Somos los hermanos de Ocozías y hemos bajado para saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina». |
14 | Entonces Jehú dijo: «¡Deténganlos!» Los apresaron y los degollaron en la Cisterna de Bet-Equed. Eran cuarenta y dos; a ninguno dejó Jehú con vida. |
15 | Saliendo de allí encontró a Yonadab, hijo de Recab, que le salía al encuentro. Lo saludó y le dijo: «¿Serás leal conmigo como yo quiero serlo contigo?» Yonadab le respondió: «Sí». «Si es sí, le dijo, dame la mano». Yonadab le tendió la mano y Jehú lo hizo subir a su carro al lado de él. |
16 | Lo llevó en su carro diciéndole: «Ven conmigo y verás mi celo por Yavé». |
17 | Cuando hubo entrado en Samaría, Jehú dio muerte a todos los que quedaban de la familia de Ajab en Samaría; los mató a todos, según la palabra de Yavé dicha por Elías. |
18 | Después reunió Jehú a todo el pueblo e hizo esta proclama: «Ajab sirvió sólo un poco a Baal, Jehú lo servirá mucho mejor. |
19 | Que se reúnan en torno a mí todos los profetas de Baal, todos sus ayudantes, todos sus sacerdotes, que no falte nadie, porque tengo que ofrecer un gran sacrificio a Baal. Los que no vengan serán condenados a muerte». Era una trampa, pues así quería Jehú dar muerte a todos los que servían a Baal. |
20 | Jehú añadió: «Convoquen a una asamblea solemne en honor de Baal». Ellos la convocaron. |
21 | Jehú despachó emisarios por todo Israel y se reunieron todos los servidores de Baal; no faltó ninguno. Entraron en la casa de Baal, que se llenó de bote en bote. |
22 | Jehú había dicho al hombre encargado de las vestimentas: «Saca las vestimentas para todos los servidores de Baal», y aquél había sacado las vestimentas. |
23 | Cuando Jehú llegó a la casa de Baal junto con Yonadab, hijo de Reab, dijo a los seguidores de Baal: «Averigüen y cerciórense de que aquí no haya ningún servidor de Yavé sino sólo los secuaces de Baal». |
24 | Luego entró para ofrecer los sacrificios y los holocaustos. 24 Jehú había ubicado afuera a ochenta hombres, a los que había dicho: «Entregaré a esos hombres en sus manos; si alguno de ustedes deja escapar a uno solo, pagará con su vida». |
25 | En cuanto terminó el holocausto, Jehú dijo a los guardias y a sus oficiales: «Entren, maten y que no escape nadie». Los guardias y sus oficiales les dieron muerte a espada; mientras avanzaban hasta el santuario del templo de Baal, iban tirando para afuera los cadáveres. |
26 | Botaron el poste sagrado de la casa de Baal y lo quemaron; |
27 | en seguida demolieron el altar de Baal y lo convirtieron en un basural que existe todavía hoy. |
28 | Así fue como Jehú hizo que desapareciera el culto a Baal en Israel. |
29 | Sin embargo Jehú no se apartó de los pecados a los cuales Jeroboam, hijo de Nabat, había arrastrado a Israel, a saber, los terneros de oro que estaban en Betel y en Dan. |
30 | Yavé dijo a Jehú: «Ya que has actuado bien, ya que has hecho lo que es justo a mis ojos, y has llevado a cabo todo lo que había decidido en contra de la casa de Ajab, tus hijos reinarán en Israel hasta la cuarta generación». |
31 | Pero Jehú no se preocupó de caminar con todo su corazón según la ley de Yavé, Dios de Israel. No se apartó de los pecados a los que Jeroboam había arrastrado a Israel. |
32 | Por esos días, Yavé comenzó a reducir el territorio de Israel: Jazael derrotó a los israelitas en todo el territorio |
33 | al este del Jordán, en el territorio de Galaad, en el de Gad, Rubén y Manasés, desde Aroer, que está encima del torrente Arnón; en una palabra, en Galaad y en Basán. |
34 | El resto de las acciones de Jehú, todo lo que hizo y toda su valentía, está escrito en el Libro de las Crónicas de los reyes de Israel. |
35 | Jehú se acostó con sus padres y lo enterraron en Samaría; en su lugar reinó YoAjaz, su hijo. |
36 | Jehú había reinado en Israel, desde Samaría, durante veintiocho años. |