Un señor muy preocupado por sus esporádicas y nada frecuentes erecciones se pone de acuerdo con su esposa: -Mira mi amor, cuando oigas que te grito, subes lo más pronto posible, además que para aprovechar al máximo te vas quitando la ropa. Esa misma tarde y después de su siesta, el viejito nota el comienzo de una insipiente erección y desesperado grita: -¡Vieja, vieja!!!, ¡apúrate que no se cuanto dure!!! La ancianita con mucho esfuerzo sube poco a poco la escalera, mientras se despoja de su ropa, al llegar a la alcoba, el viejito con cara muy triste exclama: -Te tardaste mucho, ya es muy tarde. Esta misma escena se repite durante 3 días seguidos, así es que la viejita, decide poner un sillón junto a la escalera y aguardar el llamado del amor con una bata de dormir únicamente. El esposo un poco desanimado por lo ocurrido en días pasados, decide volver a fumar después de 10 años de haberlo dejado. En un descuido deja caer la colilla sobre la alfombra y esta comienza a quemarse rápidamente. Al ver como el fuego empieza a invadir la recámara el viejito grita desesperado: -¡¡¡Mi amor, mi amor, rápido, ven pronto!!! La mujar ahora un poco más cerca, llega casi de inmediato completamente desnuda y se para en la puerta en actitud sensual. El señor la mira muy enojado y dice: -¡¡¡La casa quemándose... y tu con tus payasadas!!! Colaboración de Gabriel Nuñez de León Gto., México. |