01 | Traten de imitar a Dios, como hijos suyos muy queridos. |
02 | Vivan en el amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio agradable a Dios. |
03 | En cuanto al pecado carnal y cualquier clase de impureza o avaricia, ni siquiera se los mencione entre ustedes, como conviene a los santos. |
04 | Lo mismo digo acerca de las obscenidades, de las malas conversaciones y de las bromas groseras: todo esto está fuera de lugar. Lo que deben hacer es dar gracias a Dios. |
05 | Y sépanlo bien: ni el hombre lujurioso, ni el impuro, ni el avaro -que es un idólatra- tendrán parte en la herencia del Reino de Cristo y de Dios. |
06 | No se dejen engañar por falsas razones: todo eso atrae la ira de Dios sobre los que se resisten a obedecerle. |
07 | ¡No se hagan cómplices de los que obran así! |
08 | Antes, ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de la luz. |
09 | Ahora bien, el fruto de la luz es la bondad, la justicia y la verdad. |
10 | Sepan discernir lo que agrada al Señor, |
11 | y no participen de las obras estériles de las tinieblas; al contrario, pónganlas en evidencia. |
12 | Es verdad que resulta vergonzoso aun mencionar las cosas que esa gente hace ocultamente. |
13 | Pero cuando se las pone de manifiesto, aparecen iluminadas por la luz, |
14 | porque todo lo que se pone de manifiesto es luz. Por eso se dice: Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará. |
15 | Cuiden mucho su conducta y no procedan como necios, sino como personas sensatas |
16 | que saben aprovechar bien el momento presente, porque estos tiempos son malos. |
17 | No sean irresponsables, sino traten de saber cuál es la voluntad del Señor. |
18 | No abusen del vino que lleva al libertinaje; más bien, llénense del Espíritu Santo. |
19 | Cuando se reúnan, reciten salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y celebrando al Señor de todo corazón. |
20 | Siempre y por cualquier motivo, den gracias a Dios, nuestro Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo. |
21 | Sean dóciles los unos a los otros por consideración a Cristo: |
22 | las mujeres a su marido, como si fuera el Señor, |
23 | porque el varón es la cabeza de la mujer, como Cristo es la Cabeza y el Salvador de la Iglesia, que es su Cuerpo. |
24 | Así como la Iglesia es dócil a Cristo, así también las mujeres deben ser dóciles en todo a su marido. |
25 | Maridos, amen a su esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, |
26 | para santificarla. Él la purificó con el bautismo del agua y la palabra, |
27 | porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino santa e inmaculada. |
28 | Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo. |
29 | Nadie menosprecia a su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida. Así hace Cristo por la Iglesia, |
30 | por nosotros, que somos los miembros de su Cuerpo. |
31 | Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos serán una sola carne. |
32 | Este es un gran misterio: y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia. |
33 | En cuanto a ustedes, cada uno debe amar a su mujer como a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido. |