01 | Si te sientas a la mesa con un señor, fíjate bien en lo que tienes delante; |
02 | clava un cuchillo en tu garganta, si tienes mucho apetito. |
03 | No ambiciones sus manjares, porque son un alimento engañoso. |
04 | No te afanes por enriquecerte, deja de pensar en eso. |
05 | Tus ojos vuelan hacia la riqueza, y ya no hay nada, porque ella se pone alas y vuela hacia el cielo como un águila. |
06 | No comas el pan del hombre malicioso ni codicies sus manjares, |
07 | porque él es en realidad como piensa dentro de sí: «Come y bebe», te dice, pero su corazón no está contigo. |
08 | El bocado que comiste, lo vomitarás, y habrás desperdiciado tus lindas palabras. |
09 | No hables a los oídos de un insensato, porque despreciará el buen sentido de tus palabras. |
10 | No desplaces los linderos antiguos, ni te metas en los campos de los huérfanos, |
11 | porque su Vengador es poderoso y defenderá su causa contra ti. |
12 | Abre tu corazón a la instrucción y tus oídos a las palabras de la ciencia. |
13 | No mezquines la corrección a un niño: si lo golpeas con la vara, no morirá. |
14 | Tú lo golpearás con la vara, y librarás su vida del Abismo. |
15 | Hijo mío, si tu corazón es sabio, también se alegrará mi corazón: |
16 | mis entrañas se regocijarán, cuando tus labios hablen con rectitud. |
17 | Que tu corazón no envidie a los pecadores, sino que siempre tema al Señor. |
18 | Así, ciertamente, tendrás un porvenir y tu esperanza no quedará defraudada. |
19 | Escucha, hijo mío, y te harás sabio, y enderezarás tu corazón por el buen camino. |
20 | No te juntes con los borrachos ni con los que se hartan de carne, |
21 | porque el borracho y el glotón se empobrecen, y la modorra hace andar vestido con harapos. |
22 | Escucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu madre cuando sea vieja. |
23 | Adquiere la verdad y no la vendas, lo mismo que la sabiduría, la instrucción y la inteligencia. |
24 | El padre de un justo se llena de gozo, el que tiene un hijo sabio se alegra por él: |
25 | ¡que se alegren tu padre y tu madre y se llene de gozo la que te hizo nacer! |
26 | Hijo mío, préstame atención y acepta de buena gana mis caminos. |
27 | Porque la prostituta es una fosa profunda y la mujer extraña, un pozo estrecho: |
28 | también ella está al acecho como un ladrón y multiplica las traiciones entre los hombres. |
29 | ¿Para quién los lamentos? ¿Para quién los quejidos? ¿Para quién las querellas? ¿Para quién los suspiros? ¿Para quién las heridas sin motivo? ¿Para quién la mirada turbia? |
30 | Para los que se pasan bebiendo y van en busca de vino aromatizado. |
31 | No mires el vino: ¡qué rojo es! ¡Cómo centellea en la copa! ¡Cómo fluye suavemente! |
32 | Pero al fin muerde como una serpiente y pica como una víbora. |
33 | Tus ojos verán cosas extrañas, tu corazón hablará sin ton ni son; |
34 | serás como un hombre acostado en alta mar, acostado en la punta de un mástil. |
35 | «Me han golpeado, pero no me dolió; me han pegado, pero no me di cuenta. ¿Cuándo me despertaré? ¡Volveré a pedir más todavía!». |