01 | Poema de Asaf. Pueblo mío, escucha mi enseñanza, presta atención a las palabras de mi boca: |
02 | yo voy a recitar un poema, a revelar enigmas del pasado. |
03 | Lo que hemos oído y aprendido, lo que nos contaron nuestros padres, |
04 | no queremos ocultarlo a nuestros hijos, lo narraremos a la próxima generación: son las glorias del Señor y su poder, las maravillas que él realizó. |
05 | El dio una norma a Jacob, estableció una ley en Israel, y ordenó a nuestros padres enseñar estas cosas a sus hijos. |
06 | Así las aprenderán las generaciones futuras y los hijos que nacerán después; y podrán contarlas a sus propios hijos, |
07 | para que pongan su confianza en Dios, para que no se olviden de sus proezas y observen sus mandamientos. |
08 | Así no serán como sus padres, una raza obstinada y rebelde, una raza de corazón inconstante y de espíritu infiel a Dios: |
09 | como los arqueros de la tribu de Efraím, que retrocedieron en el momento del combate. |
10 | Ellos no mantuvieron su alianza con Dios, se negaron a seguir su Ley; |
11 | olvidaron sus proezas y las maravillas que les hizo ver, |
12 | cuando hizo prodigios a la vista de sus padres, en la tierra de Egipto, en los campos de Tanis: |
13 | abrió el Mar para darles paso y contuvo las aguas como un dique; |
14 | de día los guiaba con la nube y de noche, con el resplandor del fuego. |
15 | Partió las rocas en el desierto y les dio de beber a raudales: |
16 | sacó manantiales del peñasco, hizo correr las aguas como ríos. |
17 | Pero volvieron a pecar contra él y a rebelarse contra el Altísimo en el desierto: |
18 | tentaron a Dios en sus corazones, pidiendo comida a su antojo. |
19 | Hablaron contra Dios, diciendo: «¿Acaso tiene Dios poder suficiente para preparar una mesa en el desierto? |
20 | Es verdad que cuando golpeó la roca, brotó el agua y desbordaron los torrentes; pero ¿podrá también darnos pan y abastecer de carne a su pueblo?». |
21 | El Señor, al oírlos, se indignó, y un fuego se encendió contra Jacob; su enojo se alzó contra Israel, |
22 | porque no creyeron en Dios ni confiaron en su auxilio. |
23 | Entonces mandó a las nubes en lo alto y abrió las compuertas del cielo: |
24 | hizo llover sobre ellos el maná, les dio como alimento un trigo celestial; |
25 | todos comieron en pan de ángeles, les dio comida hasta saciarlos. |
26 | Hizo soplar desde el cielo el viento del este, atrajo con su poder el viento del sur; |
27 | hizo llover sobre ellos carne como polvo y pájaros como arena del mar: |
28 | los dejó caer en medio del campamento, alrededor de sus carpas. |
29 | Ellos comieron y se hartaron, pues les dio lo que habían pedido; |
30 | pero apenas saciaron su avidez, cuando aún estaban con la boca llena, |
31 | la ira de Dios se desató contra ellos: hizo estragos entre los más fuertes y abatió a lo mejor de Israel. |
32 | A pesar de todo, volvieron a pecar y no creyeron en sus maravillas; |
33 | por eso él acabó sus días como un soplo, y sus años en un solo instante. |
34 | Cuando los hacía morir, lo buscaban y se volvían a él ansiosamente; |
35 | recordaban que Dios era su Roca, y el Altísimo, su libertador. |
36 | Pero lo elogiaban de labios para afuera y mentían con sus lenguas; |
37 | su corazón no era sincero con él y no eran fieles a su alianza. |
38 | Pero él, que es compasivo, los perdonaba en lugar de exterminarlos; una y otra vez reprimió su enojo y no dio rienda suelta a su furor: |
39 | sabía que eran simples mortales, un soplo que pasa y ya no vuelve. |
40 | ¡Cuántas veces lo irritaron en el desierto y lo afligieron en medio de la soledad! |
41 | Volvían a tentar a Dios y a exasperar al Santo de Israel, |
42 | sin acordarse de lo que hizo su mano, cuando los rescató de la opresión. |
43 | Porque él hizo portentos en Egipto y prodigios en los campos de Tanis; |
44 | convirtió en sangre sus canales, y también sus ríos, para que no bebieran; |
45 | les mandó tábanos voraces y ranas que hacían estragos. |
46 | Entregó sus cosechas al pulgón y el fruto de sus trabajos a las langostas; |
47 | destruyó sus viñedos con el granizo y sus higueras con la helada; |
48 | desató la peste contra el ganado y la fiebre contra los rebaños. |
49 | Lanzó contra ellos el ardor de su enojo, su ira, su furor y su indignación -un tropel de mensajeros de desgracias- |
50 | dando así libre curso a su furor; no los quiso librar de la muerte, hizo que la peste acabara con sus vidas. |
51 | Hirió a los primogénitos de Egipto, a los hijos mayores de la tierra de Cam; |
52 | sacó a su pueblo como a un rebaño, y los guió como a ovejas por el desierto: |
53 | los condujo seguros y sin temor, mientras el Mar cubría a sus adversarios. |
54 | Los llevó hasta su Tierra santa, hasta la Montaña que adquirió con su mano; |
55 | delante de ellos expulsó a las naciones, les asignó por sorteo una herenciae instaló en sus carpas a las tribus de Israel. |
56 | Pero ellos tentaron e irritaron a Dios, no observaron los preceptos del Altísimo; |
57 | desertaron y fueron traidores como sus padres, se desviaron como un arco fallido. |
58 | Lo afligieron con sus lugares de culto, le provocaron celos con sus ídolos: |
59 | Dios lo advirtió y se llenó de indignación, y rechazó duramente a Israel. |
60 | Abandonó la Morada de Silo, la Carpa donde habitaba entre los hombres; |
61 | entregó su Fortaleza al cautiverio, su Arca gloriosa en manos del enemigo |
62 | Entregó su pueblo a la espada, se enfureció contra su herencia; |
63 | el fuego devoró a sus jóvenes, y no hubo canto nupcial para sus vírgenes; |
64 | sus sacerdotes cayeron bajo la espada, y sus viudas no pudieron celebrar el duelo. |
65 | Pero el Señor se levantó como de un sueño, como un guerrero adormecido por el vino: |
66 | él hirió al enemigo con la espada, le infligió una derrota completa. |
67 | Rechazó a los campamentos de José y no eligió a la tribu de Efraím: |
68 | eligió a la tribu de Judá, a la montaña de Sión, su predilecta. |
69 | Construyó su Santuario como el cielo en lo alto, como la tierra, que cimentó para siempre; |
70 | y eligió a David, su servidor, sacándolo de entre los rebaños de ovejas. |
71 | Cuando iba detrás de las ovejas, lo llamó para que fuera pastor de Jacob, su pueblo, y de Israel, su herencia; |
72 | él los apacentó con integridad de corazón y los guió con la destreza de su mano. |